¿Es posible que se produzca un terremoto de 50 días de duración y nadie absolutamente nadie lo perciba?
Reciben en nombre de Terremotos lentos, o Sismos silenciosos. Pasan desapercibidos para los humanos, sin embargo, pueden ser presagio de un terremoto de alta intensidad.
Medir “sismos silenciosos”
Desde 1988, científicos de la Universidad del Sur de Florida y del Observatorio Vulcanológico y Sismológico de Costa Rica (Ovsicori) realizan mediciones en los terrenos de la península de Nicoya con equipo de GPS de muy alta precisión. Lograron detectar lo que se conoce como sismos de deslizamiento lento, que liberan su energía de manera lenta, a lo largo de semanas o meses, y que ni siquiera recogen los sismógrafos convencionales.
Nicoya fue el epicentro de un terremoto de magnitud 7,6 que se produjo el 5 de septiembre de 2012, uno de los más fuertes que se ha registrado en Costa Rica.
Los resultados sugieren que los sismos silenciosos dan información valiosa para delinear el área de ruptura (es decir, la zona donde se genera propiamente el sismo), así como la magnitud de un futuro terremoto y hasta el potencial de un sunami.
El terremoto que duró 50 días y nadie sintió
Texto de @MarGomez. Doctora en Físicas. Responsable del área de meteorología de @eltiempoes
Un estudio de la revista científica Earth and Planetary Science Letters revela que se detectó un seísmo a pocos kilómetros del sur de Estambul, Turquía durante el verano de 2016 pero nadie se dio cuenta.
Este fenómeno, descubierto a principios de la década del 2000, se conoce como “terremoto lento” y se produce cuando una placa tectónica en su desplazamiento roza con otra, pero de forma muy lenta, sin generar una onda sísmica y produciendo un temblor que es imperceptible para los seres humanos.
Este movimiento puede prolongarse durante varios días, liberando poco a poco la energía y en algunas ocasiones acabar en uno de más intensidad.
Estos eventos liberan la energía equivalente a la de un enorme terremoto repentino, pero ocurren durante tanto tiempo que la energía nunca se convierte en temblores superficiales. Si los grandes terremotos pueden compararse con explosiones de pólvora, los terremotos lentos serían como velas que van agotando el combustible lentamente.
El terremoto lento más largo documentado se produjo en Alaska y provocó un fenómeno de magnitud 7,8 que tardó nueve años en finalizar. Este fenómeno tardó tanto que, hasta que se detuvo, los investigadores habían asumido que el desplazamiento gradual de la falla era lo que siempre había hecho la región.
Según el estudio, el seismo de Turquía que duró cincuenta días tuvo una intensidad de 5.8 en la escala Richter y no provocó, además de ninguna percepción, ningún tipo de daño.