NATURALEZA

Los secretos de las ballenas en bellísimas fotos

Las ballenas juegan, se conocen por sus nombres, transmiten a sus crías la cultura propia de su especie… Estas imágenes del Visa pour l’ Image muestran la compleja y rica vida de las ballenas

Visa pour l’Image es el principal festival de fotoperiodismo del mundo.

Del sábado 28 de agosto al domingo 26 de septiembre 2021, Visa pour l’ Image se celebra en Perpiñán (Francia).

A lo largo del festival, se expondrán trabajos de primer nivel internacional, entre ellos, el de Brian Skerry, especializado en fotografía de la naturaleza, que ha documentado la vida de las ballenas, fotografiando su vida social, rica y enormemente compleja.

La cultura de las ballenas cada vez va conociéndose más gracias a trabajos científicos, y las fotos de Skerry son bellísimas pruebas.

Estas imágenes de Skerry muestran algunos de los comportamientos de las ballenas que los científicos han podido comprobar. Por ejemplo, que las belugas tienen nombre propio, o que las hembras transmiten su cultura de generación en generación. La exposición Los secretos de las ballena, en el festival de Perpiñan Visa pour, revela la vida de las ballenas, sus personalidades y sus diferentes culturas.

Durante siglos, las ballenas nos han fascinado, pero  la vida de estos majestuosos mamíferos sigue siendo un gran misterio.

Las fotografías de Brian Skerry arrojan luz sobre las últimas investigaciones científicas, que demuestran que las ballenas, como los humanos tienen tradiciones y estructuras sociales.

Las ballenas son criaturas muy sociales que comparten momentos de alegría, juegan, hacen concursos de canto e incluso lloran la pérdida de miembros de la familia.

Las fotografías recogen la vida de cuatro especies de cetáceos: el cachalote, la ballena jorobada, orcas y belugas. Dentro de una misma especie, los cetáceos tienen diferentes lenguajes (o dialectos) y dietas.

Por ejemplo, frente a Nueva Zelanda, la orca se alimenta de rayas, mientras que la que vive en aguas noruegas  prefieren el arenque. En cada región, estos cetáceos han desarrollado técnicas para capturar su presa favorita.

Frente a Alaska, las ballenas jorobadas se alimentan de arenques. Juntos, bajo el agua, soplan para crear una cortina de burbujas que rodea al pez, antes de subir con la boca abierta al centro de la red de burbujas. Brian Skerry / National Geographic

El lenguaje de los cachalotes

Cuando dos cachalotes se encuentran mar abierto, se presentan enviando mensajes que indican su procedencia.

“Soy de Dominica» o «Soy de las Azores». A lo largo de los siglos, las ballenas han adquirido conocimientos sobre el entorno en el que viven, conocimientos que se transmiten de generación en generación.

Muchas familias de ballenas son matrilineal: las hembras más viejas y sabias lideran el grupo. Las madres enseñan a sus crías a sobrevivir y también les inculcan tradiciones familiares. La familia es muy importante para estos animales.

Cuando nace una cría de beluga, los demás la llaman por el nombre de su madre hasta que empiece a» hablar beluga”, y entonces recibe su propio nombre.

La ballena jorobada «susurra” a su cría para que se calle y no haga ruido en zonas potencialmente peligrosas

Cerca de la costa de Rarotonga, una ballena jorobada y su cría, una hembra de unos tres días. A diferencia de otras zonas de cría, las ballenas jorobadas rara vez regresan a estas aguas. Islas Cook, Pacífico Sur © Brian Skerry / National Geographic

Las ballenas son criaturas muy sociales que comparten momentos de alegría, juegan, hacen concursos de canto e incluso lloran la pérdida de miembros de la familia.

Al presentarnos a estos mamíferos mostrándonos su cultura, Brian Skerry espera hacernos conscientes de lo mucho que tenemos en común con los cetáceos, así como con otras especies animales.

Esta perspectiva podría mostrar a todo el mundo el vínculo directo que tenemos con la naturaleza y crear una emoción que anime a proteger mejor nuestro planeta, cuidar el mar, defender la Tierra.

 

En la foto superior, tomada en el Ártico canadiense, una beluga juega con una piedra. La recoge, la mantiene en la boca mientras nada, antes de dejarla caer al fondo del mar, donde otra beluga suele recogerla a su vez. Crédito: Bahía de Cunningham, Isla de Somerset © Brian Skerry / National Geographic.

 

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Baltasar Pérez

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