Un estudio ha descubierto que la administración de una dosis única de gel de testosterona a varones sanos mejoraba la rapidez con la que aprendían a realizar tareas prosociales
La testosterona es una de las principales hormonas sexuales masculinas. Se produce principalmente en los testículos, pero también en la corteza de la glándula suprarrenal. Desempeña un papel clave en el desarrollo de los órganos sexuales masculinos, pero también produce otros efectos en el organismo. En la pubertad, provoca la aparición de vello facial y púbico, el aumento del tamaño y la fuerza de los músculos y los huesos, y el engrosamiento de la voz. La testosterona desempeña un papel importante en la regulación del deseo sexual, pero también contribuye a la calvicie en los últimos años de la vida.
Los estudios han relacionado los niveles elevados de testosterona con un aumento de la agresividad en los animales. A pesar del mito de que la testosterona produce el mismo efecto en los hombres, la relación entre testosterona y agresividad en humanos es menos clara. Otros estudios en humanos informó de una asociación positiva entre los niveles de testosterona y la agresividad, pero el efecto es prácticamente insignificante.
Estudios recientes han indicado que la testosterona también podría inducir comportamientos prosociales, como hacer a las personas más propensas a ofrecer tratos justos o a cooperar mejor con los demás durante las competiciones. Para explicar este vínculo, los científicos han propuesto la llamada «hipótesis del estatus social», que sugiere que la testosterona promueve comportamientos adecuados para alcanzar y mantener el estatus social. Así, los efectos de la testosterona en el comportamiento dependerían del contexto.
Un grupo de científicos chinos decidieron probar la hipótesis del estatus social de los efectos de la testosterona. Razonaron que, si esta hipótesis es correcta, los participantes a los que se administró testosterona aumentarían su ritmo de aprendizaje de una tarea que incrementa su estatus social. Para comprobarlo, estos investigadores idearon un experimento.
Los participantes eran 120 varones sanos. Su edad media era de 21 años. Se les pidió que se abstuvieran de beber alcohol y cafeína y de fumar durante las 24 horas previas a la sesión de pruebas. Se dividieron aleatoriamente en dos grupos.
A un grupo se le aplicó gel de testosterona en los hombros y la parte superior de los brazos al inicio del experimento. A los participantes del otro grupo se les aplicó un placebo (un gel hidroalcohólico de aspecto similar sin testosterona). Ni los participantes ni el asistente que aplicaba el gel sabían qué gel se estaban aplicando. La testosterona se absorbe a través de la piel y esta es una forma habitual de administración.
En el estudio se pidió a los participantes que eligieran entre uno de dos símbolos. Uno de los símbolos tenía una alta probabilidad de recompensa y el otro tenía una baja probabilidad de recompensa. El aprendizaje consistía en que los participantes reconocieran, mediante ensayo y error, qué símbolo se asocia más a menudo con la recompensa y empezaran a preferir ese símbolo.
Había tres tipos de situaciones de prueba. En la primera, se decía a los participantes que recibirían las recompensas que ganaran. En la segunda situación, las recompensas irían a otra persona, mientras que en la tercera, las recompensas no irían a nadie (control).
Los resultados mostraron que el grupo que recibió el gel de testosterona aprendió más rápido en los tres tipos de situaciones. Los participantes del grupo placebo aprendieron más rápido en situaciones en las que esperaban recibir las recompensas ellos mismos, en comparación con situaciones en las que ganaban las recompensas para otra persona o para nadie. Sin embargo, los participantes del grupo de testosterona aprendieron igual de rápido cuando ganaban recompensas para sí mismos y cuando las ganaban para otra persona.
El estudio supone una valiosa contribución al conocimiento científico sobre los efectos de la testosterona en el comportamiento masculino. Sin embargo, hay que tener en cuenta que la muestra estaba formada exclusivamente por varones jóvenes. Los resultados en varones de distinta edad podrían no ser los mismos. Además, los investigadores se centraron únicamente en la testosterona, mientras que los estudios han demostrado que sus efectos sobre el comportamiento dependen de las interacciones con otras hormonas.
REFERENCIA
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