La aspirina infantil en dosis baja (81 mg) se ha usado en los últimos años para prevenir un ataque cerebrovascular al disminuir la acumulación de plaquetas. Ya que el infarto es resultado de un coágulo que tapona un vaso coronario, el efecto de este fármaco se consideraba beneficioso para casi todo el que sufriese enfermedad coronaria, incluidos los pacientes que se recuperan de cirugía cardiaca.
De acuerdo con las nuevas pautas, ya no se aconseja este uso de aspirina en bajas dosis como medida preventiva para el ataque cardiaco o el accidente cerebrovascular. El Colegio Americano de Cardiología y la Asociación Americana del Corazón han emitido un comunicado con nuevas recomendaciones que retiran el respaldo de la aspirina infantil para prevenir problemas cardiovasculares en adultos mayores de 50 años. Los dos grupos acordaron que, para adultos mayores con bajo riesgo, sin antecedentes de ataque cardíaco o accidente cerebrovascular, el riesgo de sangrado gastrointestinal supera cualquier beneficio para el corazón.
Daños en el intestino
El cambio llega después de un estudio a nivel internacional que descubrió que, incluso en dosis bajas, el uso prolongado de aspirina puede ser perjudicial, sin proporcionar ningún beneficio, para las personas mayores que aún no han tenido un ataque cardíaco o un derrame cerebral. La revista Quo ya publicó también los resultados de una investigación del King’s College de Londres que alertaba del peligro de hemorragia grave en el intestino.
«Los médicos deben ser muy selectivos a la hora de recetar aspirina para personas sin enfermedad cardiovascular conocida», indica en el comunicado Roger Blumenthal, copresidente de la Guía 2019 ACC / AHA sobre la prevención primaria de la enfermedad cardiovascular. «La aspirina debe limitarse a personas con un riesgo muy bajo de sangrado».