Desde que Julia Roberts descubrió al mundo en Pretty Woman lo que era el hilo dental (no pongas esa cara, aún hay gente que ni conoce su existencia) la demanda de este conjunto de finos filamentos de nailon o plástico ha crecido notablemente. Se usa con el fin de retirar trozos de comida que se niegan a abandonar nuestra boca en un simple cepillado. Diez de cada diez dentistas lo recomiendan como parte del cuidado esencial de nuestra dentadura. Pero, ¿tiene tantas bondades como creemos?

Lo cierto es que parece que no. Associated Press, una conocida agencia de noticias, ha emprendido una cruzada personal contra las autoridades sanitarias por recomendar insistentemente desde 1979 que los ciudadanos utilicen como «parte esencial de su higiene» un producto cuya evidencia científica no ha sido comprobada. Para ello, ha hecho una revisión de todos los estudios científicos que giran en torno a él. ¿Los resultados? Que las bondades del producto son «débiles, muy poco fiables», «de muy baja calidad» o «poco eficaz».

Según reconoció Wayne Aldredge, presidente de la asociación de odontólogos, el hilo dental tiene una evidencia científica débil y que los estudios que lo encumbran tienen una breve duración, por lo que el resultado no es del todo fiable. Según reconoce el odontólogo, el impacto del hilo dental podría valorarse más eficazmente si los investigadores se centrasen en pacientes con mayor riesgo a padecer enfermedades de las encías, como los diabéticos o los fumadores.

No obstante, él reconoce que sigue recomendando usar el hilo dental a sus pacientes con el fin de dar esquinazos a enfermedades de las encías. «Es como construir una casa y no pintar dos lados. Como poco, esas dos partes van a pudrirse más rápido».

Fuente: ap.org

Redacción QUO