Ha sido todo un milagro. La ameba comecerebros (nombre común para la Meningitis Amebiana Primaria) es un peligroso parásito que, como su propio nombre indica, acaba con el tejido cerebral provocando la muerte segura en un 97% de los casos. Por ello, el hecho de que una niña de 10 años que se contagió el pasado mes de marzo en una piscina municipal en Torrijos (Toledo) haya salvado la vida, da esperanza de que existan casos que se pueden superar. De hecho, desde que se conoce los efectos de este microbio en el cuerpo humano, solo 12 personas en el mundo han logrado superarlo. Este ha sido el primero detectado en España y gracias a un tratamiento experimental han logrado eliminarla, eso sí con posibles secuelas para la niña que tendrán que valorarse a partir de ahora.
Por el momento, la piscina permanece cerrada a la espera de que se desinfecte completamente y de que la Dirección General de Salud Pública de Castilla La Mancha certifique que puede abrirse de nuevo al público. Con esta noticia, han surgido dudas…
¿Qué es exactamente esta ameba y cuál es la vía de contagio?
La Naegleria fowleri es un microorganismo que vive en el agua dulce, generalmente en lugares de temperaturas cálidas o tropicales. Aunque también se ha detectado su presencia en piscinas climatizadas en las que no se ha cuidado apropiadamente la higiene o que tengan los fondos acolchados (a la ameba le gusta anidar en el plástico y la goma), en todas partes del mundo. En el caso ocurrido en España, las instalaciones cumplían los niveles de cloro y de temperatura adecuados, pero la mala suerte hizo que se desarrollara en este ambiente (algo que tendrán que investigar desde la Consejería de Salud).
La principal vía de contagio es a través de la nariz al bañarse en alguno de esos sitios. La ameba penetra así hasta el cerebro, donde se produce un periodo de incubación que puede durar desde un día a varias semanas. Cuando comienza a mostrarse la infección, el paciente empieza a sentir fiebre, náuseas y dolor de cabeza. Poco a poco, el cuadro se va volviendo más grave, produciéndose convulsiones y delirios. Finalmente, la persona entra en coma y suele morir en el plazo de una semana. El último caso conocido ocurrió el pasado mes de septiembre: el surfista italiano Fabrizio Stabile (en la imagen), de 29 años, se contagió días después de acudir a una piscina de olas en Waco (Texas).
Si nos vamos al primero de ellos en la historia se produjo durante la II Guerra Mundial. La víctima fue un soldado japonés hecho prisionero en Guadalcanal. Pero, el más célebre de todos se produjo a principios de los años 60 en una piscina de Praga, y se cobró la vida de una docena de nadadores del equipo olímpico de Checoslovaquia que entrenaban allí.
Todos los años se producen varios casos de muerte por causa de esta ameba, la mayoría de ellos en el sur de Estados Unidos y en países de zonas tropicales. No hay muchas maneras de evitar el contagio. La única sería intentar evitar bañarse en lagos y charcas en épocas de mucho calor, lugares donde estas amebas se reproducen con facilidad.