Todos conocemos las consecuencias del insomnio. Tras una noche en vela, al día siguiente estamos más cansados y nos cuesta mantener los ojos abiertos. Pero, ahora, un nuevo estudio realizado por un equipo de la Division of Endocrinology at the Northwestern University Feinberg School of Medicine, en Chicago, ha descubierto que una sola noche durmiendo mal tiene consecuencias evidentes en nuestra forma física.
Los investigadores realizaron un experimento con voluntarios sanos, que dormían de media siete horas diarias. Aunque en el laboratorio les hicieron pasar una noche en la que durmieron menos horas. Terminada la prueba, les hicieron unos análisis que revelaron que la falta de sueño afectaba a las funciones metabólicas que regulaban el aumento de peso. Es decir, dormir poco, aunque solo fuera una noche, favorecía la acumulación de grasa corporal. Y, además, se dectaron indicios de destrucción de la masa muscular.
Los autores del estudio descubrieron también que una sola noche de privación del sueño dificultaba la capacidad del organismo para utilizar el azúcar como combustible. Este hallazgo puede ayudar a entender mejor porque los cambios producidos en los ritmos circadianos de las personas que trabajan de noche, aumentan el riesgo de padecer diabetes tipo 2.
Fuente: LiveScience.
Vicente Fernández López
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