Cirugía de ciencia ficción

El niño todavía no tiene dientes, pero su mandíbula es normal. Es la imagen después de la intervención que le hicieron en la Clínica Universitaria de Navarra para extirparle un tumor benigno de casi medio kilo de peso en el maxilar inferior. La mandíbula se sustituyó por un transplante de hueso de peroné, manteniendo los factores de crecimiento en el tobillo, para evitar secuelas en la extremidad. El niño ya habla e ingiere alimentos, puede andar y practicar deportes.

El tórax de Hanna Clack ha sido una caja fuerte para su corazón, y ahora acaba de recuperarlo. Cirujanos de un hospital de Londres, lograron, en una operación pionera en el mundo, que el órgano volviera a funcionar después de diez años inactivo. La niña sobrevivió durante este tiempo con el corazón de un donate. Los médicos lograron reactivar su corazón antiguo después de que su cuerpo comenzara a rechazar el órgano transplantado.

A veces, una enfermedad es tan rara que muchos médicos nunca han visto a un paciente que la sufra.. Es el caso de la distonía muscular, una dolencia que se caracteriza por contracciones involuntarias de los músculos. Natasha Young había probado sin éxito todas las terapias, hasta que fue tratada en el hospital Gui de Chauliac de Montpellier con una novedosa técnica consistente en la inserción de dos electrodos en los ganglios basales del cerebro, relacionados con los movimientos involuntarios de la distonía.

Un accidente de coche transformó así la cara de Jaqueline Saburido, candidata a un transplante. Es la única alternativa que le queda para disponer de un rostro como el de otras personas.

Científicos chinos liderados por el cirujano Zhao Fengui han implantado con éxito una tráquea artificial fabricada con una aleción de metales a una campesina afectada por cáncer.

Sí, se puede sobrevivir durante meses sin un tercio del cráneo. Incluso puede salvarte la vida, como al joven peruano Marco Antonio Carrasco, al que le retiraron parte del cráneo para que su masa cerebral pudiera expandirse. Eso sí, le dejaron el cuero cabelludo, para que no se quedara al aire el órgano. El cerebro había aumentado de tamaño por la inflamación que le produjo un fuerte golpe.

El endoscopiom es desde hace décadas un dispositivo indispensable para los médicos, pero se ha convertido, además, en un instrumento imprescimdible para detectar tumores escondidos en los rincones más inaccesibles. Se ha desarrollado una saonda endoscópica compuesta de una sola fibra óptica, del tamaño de un pelo, capaz de tomar imágenes tridimensionales del interior del organismo. El aparato examina muestras de tejidos con una resolución que permite ver si hay o no células cancerosas.

Cuesta un millón de euros. Los aparatosmestán montados sobre brazos basculantes y el cirujano puede controlar todos los dispositivos con su voz: «Sube la mesa de operaciones», o «baja la intensidad de la luz».