Ahora, que más de 50 instituciones y laboratorios en todo el planeta están buscando una vacuna contra el COVID19, es un buen momento para comprender cómo se hacen vacunas contra un virus similar, como el de la gripe común.
Aunque hay varios procesos para fabricarlas, hay uno que lleva utilizándose desde hace más de 70 años. La fabricación de vacunas a base de huevo se usa para fabricar tanto vacunas con virus inactivos (“muertos) como aquellas con virus atenuados.
El proceso de producción a base de huevo comienza con alguno de los miembros del Sistema Mundial de Vigilancia y Respuesta a la Influenza de la OMS, que proporciona a los fabricantes del sector privado virus vacunales (CVV) cultivados en huevos según los requisitos reglamentarios actuales de la FDA.
Luego, estos CVV se inyectan en los huevos de gallina fertilizados y se incuban durante varios días para permitir que los virus se reproduzcan. En pocas palabras: los virus se cultivan en los huevos. Para las vacunas inactivadas contra contra la gripe, los virus se inactivan y el antígeno del virus se purifica.
En total, entre 450 y 500 millones de huevos se utilizan anualmente para fabricar vacunas y se utilizan en cerca de una docena de dolencias.
Pero también hay otros procesos para desarrollar vacunas. Algunos de ellos están basadas en células que se utiliza fabricar vacunas con virus inactivos contra la gripe. El proceso requiere varios pasos. Primero los laboratorios usan virus de influenza que se han cultivado en células para producir CVV. A continuación, el fabricante de la vacuna inocula los CVV en células de mamífero cultivadas (en lugar de en huevos) y permite que los CVV se reproduzcan. Luego, el líquido se recoge de las células y el antígeno del virus se purifica. El proceso de fabricación continúa con la purificación y las pruebas. Finalmente, la FDA prueba y aprueba las vacunas antes de su lanzamiento y envío.
Para la temporada 2019-2020, los cuatro virus de la gripe utilizados en la vacuna no utilizaron huevos.
También existe una tercera alternativa basada en la recombinación. Las vacunas recombinantes contra la gripe no requieren tener una muestra del virus candidato, estos se crean sintéticamente. Para hacer una vacuna recombinante, los expertos obtienen ADN o ARN para producir una proteína llamada hemaglutinina (HA) que se encuentra en los virus de la gripe. Esta es un antígeno que activa el sistema inmune humano para crear anticuerpos que se dirigen específicamente al virus. El material genético se combina con algún miembro de la familia Baculoviridae (virus que infectan a los invertebrados), lo que da como resultado un virus “recombinado”.
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