Un estudio comprueba las bacterias que se encuentran en los cepillos de dientes proceden de la boca de su dueño, no del váter
La creencia de que los cepillos de dientes pueden contener bacterias fecales está muy extendida. Esta suposición surge de la idea de que la nube de partículas generada al tirar de la cadena puede alcanzar los cepillos de dientes. Esta nube de microgotas podría llevar de pasajeras a las bacterias presentes en las heces, una idea ciertamente repugnante si hay que meterse el cepillo de dientes en la boca después.
Sin embargo un artículo por la Universidad de Northwestern comprobó que estos microbios presentes en los cepillos de dientes procedían principalmente de la boca y la piel de sus usuarios, no de las emanaciones del váter.
Para realizar este estudio, la autora Erica Hartmann buscó voluntarios que enviaran por correo sus cepillos de dientes usados. Por otro lado los participantes también tuvieron que rellenar un cuestionario online. Esta encuesta contenía preguntas relacionadas con la higiene bucal, el diseño del cuarto de baño y otros hábitos.
A continuación los investigadores extrajeron el ADN de los cepillos de dientes. Estas secuencias de ADN fueron comparadas con la gran base de datos del Proyecto Microbioma Humano. De esta manera se pudieron identificar las diferentes especies de microorganismos que habitaban en cada cepillo de dientes.
El Proyecto Microbioma Humano consiste en una base de datos que contiene las secuencias de ADN de aquellos microorganismos que pueden formar parte de la microbiota humana. La microbiota está formada por los miles de millones de bacterias, virus, protozoos y hongos que habitan en diferentes zonas del cuerpo, principalmente en el intestino, pero también en la boca, la piel, el ombligo o los oídos.
Los microorganismos de la microbiota conviven con nosotros y los necesitamos para sobrevivir, ya que tienen una función protectora y colaboran con las células de nuestros tejidos. Cada parte del cuerpo tiene una microbiota característica.
Tras identificar los microorganismos presentes en los cepillos de dientes descubrieron que estos contenían especies propias de la microbiota de la boca y de la piel. En cambio no encontraron apenas bacterias relacionadas con la microbiota intestinal. Este resultado era independiente del lugar donde se encontrase el cepillo en el baño, ya fuera dentro de un armario o al lado del lavabo.
Además, a través de este estudio los investigadores descubrieron que la microbiota de las personas con una mejor higiene bucal era diferente. Aquellos individuos que usaban hilo dental y enjuague bucal de manera regular tenían una microbiota menos diversa. Es decir, no es que tuvieran menos bacterias sino que presentaban un menor número de especies diferentes.
Por otra parte Hartmann advirtió de que no hay que preocuparse por estos microorganismos que viven en el cepillo de dientes. A no ser que nuestro dentista nos recomiende lo contrario, no se deberían usar pastas de dientes antimicrobianas. Esto se debe a que su uso desplaza la microbiota natural y solo quedan bacterias resistentes que pueden ser perjudiciales.
REFERENCIAS
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