No es imaginación ni una moda. La enfermedad celiaca ha aumentado significativamente a partir de la segunda mitad del s.XX y sigue disparada. Una reciente investigación ha detectado la posible causa: el aumento de nitrógeno en los cultivos
Desde 1960 hasta la actualidad se han multiplicado por 10 los kilogramos de nitrógeno usados para abonar los campos de cultivo de este grano. Investigadores del CREAF y el CSIC han relacionado en un metaanálisis el uso intensivo de esos abonos nitrogenados con una mayor prevalencia de la enfermedad autoinmune.
La relación es esta: con más nitratos, los cereales desarrollan en más abundancia una proteína, las gliadinas, que son la base del desarrollo de la enfermedad.
La enfermedad celíaca aumentó significativamente en la segunda mitad del siglo XX, y sigue haciéndolo en el siglo XXI. Tal es su efecto, que está transformando nuestros hábitos de consumo, y la industria de los alimentos sin gluten, o gluten free sigue la misma tendencia al alza que el aumento de la enfermedad celiaca. Este incremento, se ha asociado a la mejora en el diagnóstico, también a la introducción de nuevos cereales en distintos tipos de pan. La nueva posible causa es la excesiva fertilización de los campos de trigo con nitrógeno.
En un trabajo publicado en la revista Foods concluyen que el exceso de nitrógeno en los fertilizantes provoca que el grano y las harinas derivadas de este cereal contengan una mayor concentración de proteínas del gluten, que es el principal alérgeno desencadenante de la intolerancia.
El nitrógeno mejora el rendimiento de la cosecha y es más barato que otros fertilizantes, como los fosfatos.
El trigo sigue siendo el cereal más cultivado y el más importante en la alimentación humana: 217 millones de hectáreas en todo el planeta están dedicadas a este cereal. El nitrógeno mejora el rendimiento de la cosecha y es más barato que otros fertilizantes, como los fosfatos. De ahí que su uso se haya extendido.
Los abonos nitrogenados, utilizados a granel, favorecen la concentración de gliadinas en todos los tipos de trigo. Las gliadinas son las proteínas que intervienen en la formación del gluten. Al fertilizar más con abonos nitrogenados se está enriqueciendo el trigo, pero al mismo tiempo está desarrollando más gliadinas, que son muy alérgicas y están en la base del desarrollo de celiaquía.
Los investigadores han visto que consumimos un 60% más de estas proteínas que generaciones anteriores, alrededor de un 1,5 kilos más por año, a pesar de que el consumo del cereal no ha aumentado..
Según un estudio publicado en PubMed, la incidencia de la enfermedad celíaca en las mujeres es de 17.4 por cada 100.000 personas/año.
Los hombres tienen una tasa de incidencia significativamente menor, siendo sólo de 7.8. La incidencia en niños fue de 21.3 por cada 100.000 personas/año, dato bastante elevado en comparación con la media de 12.9 en adultos. En total, la incidencia de la enfermedad celíaca ha aumentado un 7,5% por año en las últimas décadas.
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