Una revisión de estudios comprueba que la ketamina reduce rápidamente los síntomas de la depresión y los pensamientos suicidas
La ketamina es un medicamento que se ha utilizado durante años como anestésico en animales, por ejemplo en caballos y perros. En humanos se utiliza también para el mantenimiento de la anestesia. La ketamina induce un estado disociativo, una especie de trance que proporciona alivio del dolor, sedación y amnesia, es decir, evita que recordemos la experiencia dolorosa. También es popular como droga recreativa, donde a veces se conoce como Special K.
Sin embargo en los últimos años se ha experimentado con la ketamina en dosis más bajas como coayudante en el tratamiento de la depresión, la ansiedad, el síndrome de estrés postraumático (PTSD), adicciones a drogas y otros trastornos. Los resultados están siendo muy buenos.
Una revisión sistemática de estudios dirigida por la Universidad de Exeter ha analizado los resultados de 83 trabajos de investigación. Los resultados más concluyentes apoyan el uso de la ketamina para tratar tanto la depresión mayor como la depresión bipolar. Los síntomas se redujeron entre una y cuatro horas después de un único tratamiento, y duraron hasta dos semanas. Algunas pruebas sugieren que la repetición del tratamiento puede prolongar los efectos, pero se necesitan más estudios para determinar por cuánto tiempo.
El estudio indica que una dosis única de ketamina también reduce los pensamientos suicidas. Esta mejora se observó ya cuatro horas después del tratamiento con ketamina y duró una media de entre tres días y una semana.
Los tratamientos habituales de la depresión utilizan medicamentos antidepresivos como los IRS (inhibidores de la recaptación de la serotonina). Sin embargo los estudios confirman que estas pastillas antidepresivas fallan en un 30% de los casos, y no se puede saber si funcionan o no hasta dos meses después. Un tiempo muy largo para alguien que tiene pensamientos suicidas.
La ketamina se administra por vía intravenosa o intranasal y se controla al paciente durante unas horas mientras experimenta los efectos en un entorno controlado. En muchos casos solo es necesaria es una dosis y sus efectos duran semanas. La ketamina actúa sobre el neurotransmisor glutamato en el cerebro, uno de los responsables de la regulación del estado de ánimo.
Para otros trastornos psiquiátricos, incluidos los trastornos de ansiedad, los trastornos de estrés postraumático y los trastornos obsesivo-compulsivos, hay indios de que el tratamiento con ketamina puede ser también beneficioso, así como en el caso de las personas con trastornos por consumo de sustancias, ya que la ketamina reduce a corto plazo el ansia de consumo y los síntomas de abstinencia.
Los investigadores indican que quedan varias preguntas sin respuesta, como la dosis óptima, la vía de administración y el número de dosis del tratamiento con ketamina necesarias para cada trastorno. También es necesario investigar más sobre el beneficio añadido del uso de la psicoterapia junto al tratamiento con ketamina.
La ketamina forma parte de los tratamientos conocidos como terapia psicodélica, un campo en el que los últimos descubrimientos están mostrando las ventajas de utilizar drogas pesicotrópicas para tratar los trastornos mentales más habituales.
REFERENCIA
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