Los virus del dengue y del Zika manipulan la microbiota de las personas infectadas, haciendo más probable que les piquen los mosquitos
¿Son los virus inteligentes? A veces puede parecer que sí por los métodos tan sofisticados que desarrollan para propagarse. Por ejemplo, los infectados por el virus del dengue o del Zika segregan una sustancia que atrae a los mosquitos, el insecto responsable de la propagación de estos virus. Sin embargo, esta sustancia no proviene de la persona infectada, sino de unas bacterias que viven en la piel y que se multiplican mejor debido a la infección.
Según un estudio publicado en la revista Cell por parte de científicos de la Universidad de Tsinghua, en Pekín, los flavivirus como el dengue y el Zika suprimen la proteína cutánea RELMα, una de las que mantiene a las bacterias a raya. Esto hace que aumente la población de bacterias que producen una sustancia llamada acetofenona, que resulta ser un poderoso reclamo para los mosquitos que propagan los virus.
Los investigadores también han encontrado una solución. El efecto puede evitarse tomando el medicamento para el acné llamado isotretinoína, ya que estimula la producción de RELMα
El estudio se basa en el hallazgo del equipo de investigadores de que los mosquitos prefieren picar a ratones infectados con dengue o Zika. Ambos virus se propagan al ser transmitidos de huésped a huésped por los mosquitos, por lo que tiene sentido que hagan que un organismo infectado sea más atractivo para estos insectos. Para averiguar cómo funciona esto, el equipo de Pekín analizó el olor corporal de ratones y humanos infectados en busca de moléculas atractivas para los mosquitos. Descubrieron que los huéspedes segregan cantidades inusualmente grandes de acetofenona, unas diez veces más que los organismos no infectados.
El grupo de investigación indagó entonces qué genes se suprimían con más fuerza en las células infectadas. Encontraron el gen Retnla, que estaba muy suprimido en las células de la piel. Este gen produce la proteína RELMα (molécula similar a la resistina α) en los ratones y la proteína RETN (estrechamente relacionada) en los seres humanos.
Los científicos demostraron que RELMα es menos abundante en los ratones infectados, pero es de suponer que lo mismo ocurre con RETN en los humanos. En experimentos con cultivos bacterianos, ambas moléculas suprimieron el crecimiento de diversas bacterias de la piel. Por el contrario, los organismos productores de acetofenona colonizaron preferentemente la piel de los ratones infectados.
Los expertos concluyen que los virus manipulan el microbioma de la piel de sus víctimas para propagarse con mayor eficacia. Sin embargo, el efecto puede contrarrestarse con la ayuda de una sustancia que hace que Retnla produzca más cantidad de la proteína antibacteriana. El equipo alimentó a ratones infectados con isotretinoína y descubrió que atraían a los mosquitos sólo en la misma medida que los animales no infectados. Esto significa que se puede reducir la propagación del virus. Sin embargo, la isotretinoína no es eficaz contra el virus en sí: los animales tratados estaban tan enfermos como los ratones no tratados.
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