Los nuevos avances en tecnología de vigilancia genómica podría ayudar a detectar las nuevas «superbacterias» mortales
La resistencia a los antimicrobianos se produce cuando bacterias, virus, hongos y parásitos cambian con el tiempo y dejan de responder a los medicamentos y productos químicos que utilizamos para matarlos. Estas «superbacterias» hacen que las infecciones sean más difíciles de tratar y aumentan el riesgo de propagación de enfermedades, enfermedades graves y muerte.
Sin una intervención significativa, se calcula que las muertes anuales en todo el mundo por resistencia a los antimicrobianos alcanzarán los 10 millones en 2050, siendo los países de renta baja y media los que soportarán la mayor carga.
El nuevo estudio, titulado Genomic surveillance for antimicrobial resistance – a One Health perspective (Vigilancia genómica de la resistencia a los antimicrobianos desde la perspectiva de «Una sola salud»), publicado en Nature Reviews Genetics, subraya la necesidad de un enfoque multifacético de «Una sola salud» para la vigilancia de la resistencia a los antimicrobianos en el medio ambiente.
La investigación ha sido dirigida por el catedrático Steven Djordjevic, del Instituto Australiano de Microbiología e Infecciones de la Universidad Tecnológica de Sídney, junto con investigadores de la Universidad de Melbourne y la Universidad del Sur de Australia.
«Comprender la evolución, aparición y propagación de la resistencia a los antimicrobianos dentro y entre humanos, animales, plantas y entornos naturales es fundamental para mitigar las colosales repercusiones asociadas a este fenómeno», declaró el profesor Djordjevic.
El uso del rastreo genómico durante la pandemia de Covid-19 ha permitido comprender el potencial de las tecnologías genómicas para vigilar el desarrollo y la propagación de genes y mutaciones antimicrobianos. «La resistencia a los antimicrobianos puede producirse cuando los microorganismos adquieren información genética, ya sea por mutación, recombinación o transferencia de genes de resistencia a los antibióticos desde el acervo genético bacteriano», explicó la profesora Erica Donner, de la Universidad de Australia Meridional.
Las tecnologías genómicas, combinadas con la IA y el aprendizaje automático, son potentes plataformas para determinar las tendencias de resistencia. Pueden identificar casos en los que los microbios y su material genético se mueven entre diferentes entornos, evaluando el impacto de las estrategias de intervención. La evolución de la resistencia a los antimicrobianos es un proceso complejo que incluye el uso excesivo y el uso indebido de antibióticos, metales y desinfectantes en la medicina y la agricultura, y normas muy variables de agua, saneamiento e higiene.
El documento es un llamamiento a la acción dirigido a los responsables políticos, en el que se subraya la necesidad de establecer programas nacionales de vigilancia genómica que abarquen los sectores de la salud humana, la sanidad animal, la agricultura, la alimentación y la gestión medioambiental, y de compartir los datos tanto a escala nacional como internacional.
Según el profesor Ben Howden, de la Universidad de Melbourne, «la utilización de la tecnología de la genómica microbiana en el contexto de una integración eficaz de datos intersectoriales mejorará la comprensión de la aparición y propagación de la resistencia a los antimicrobianos dentro de estos sectores y entre ellos, e identificará intervenciones específicas».
Los investigadores ofrecen recomendaciones prácticas para aplicar estrategias de vigilancia y mitigación basadas en la genómica y subrayan la necesidad de soluciones equitativas que permitan la integración de socios de países de ingresos bajos y medios.
Las recomendaciones incluyen:
«La naturaleza evolutiva de la resistencia a los antimicrobianos la convierte en una amenaza en constante cambio y evolución. No hay una solución fácil, pero la vigilancia genómica continua puede ayudarnos a comprender mejor y mitigar este reto sanitario mundial», afirmó el profesor Djordjevic.
REFERENCIA
Genomic surveillance for antimicrobial resistance — a One Health perspective
Foto: Anthony D’Onofrio
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