En un estudio reciente, los científicos han dado un paso crucial para entender por qué las lesiones causadas por la leishmaniasis cutánea no generan dolor. Este avance abre la puerta a nuevas posibilidades en el tratamiento del dolor.
Los científicos de la Universidad Estatal de Ohio han dado un paso crucial al descubrir por qué las lesiones cutáneas causadas por la leishmaniasis no producen dolor. Este estudio, publicado en la revista iScience, revela cómo los parásitos responsables de esta enfermedad alteran la percepción del dolor en el huésped. Esta investigación no solo profundiza en el entendimiento de la leishmaniasis, que afecta a un millón de nuevos pacientes cada año, sino que también podría conducir al desarrollo de nuevos medicamentos no narcóticos para el dolor.
El estudio: explorando las vías del dolor
Mediante el análisis de lesiones de leishmaniasis en la piel de ratones, los investigadores identificaron vías metabólicas alteradas que difieren de las de ratones no infectados. Los resultados sugieren que los parásitos cambian la percepción del dolor, probablemente como una estrategia para retrasar el tratamiento y favorecer su propia supervivencia. Se encontraron numerosos metabolitos y vías asociadas con la supresión del dolor, vinculadas al sistema endocanabinoide del cerebro, conocido por su papel en una variedad de procesos fisiológicos, incluida la respuesta al dolor.
La presencia de estos metabolitos, producidos por los parásitos, plantea la hipótesis de que podrían ser utilizados como analgésicos potenciales para otros problemas de salud. Este descubrimiento abre un nuevo camino hacia el desarrollo de fármacos contra el dolor que no dependan de narcóticos.
Pruebas de piel para la inmunidad a enfermedades causadas por Leishmania
Además, el equipo liderado por Satoskar ha desarrollado una prueba de piel estandarizada para detectar la inmunidad contra Leishmania donovani, parásito causante de la leishmaniasis visceral, una forma potencialmente letal de la enfermedad. Esta prueba es crucial para la vigilancia de la enfermedad en las regiones más afectadas y será necesaria para los ensayos clínicos de fase 3 de vacunas contra la leishmaniasis desarrolladas por el equipo. La prueba utiliza un antígeno llamado leishmanina y es similar a la prueba cutánea para la tuberculosis. Un resultado positivo indica que la persona ha sido expuesta al parásito y posee inmunidad celular que previene síntomas clínicos adicionales.
REFERENCIAS
Leishmania mexicana Promotes Pain-reducing Metabolomic Reprogramming In Cutaneous Lesions
Foto: Michael Wunderli
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