SALUD

La relación entre el autismo y las bacterias intestinales

Los microbios ausentes en las personas con autismo podrían influir en el comportamiento social protegiendo el intestino

Para las personas con autismo, el estreñimiento, la diarrea y el dolor abdominal suelen ir acompañados de las luchas sociales y los comportamientos repetitivos que definen la enfermedad. Esto ha llevado a muchos a preguntarse si los problemas gastrointestinales (GI) surgen debido a las características conductuales o sensoriales del autismo, o si por el contrario podrían contribuir a ellas.

Ahora, científicos de la Universidad de Utah se suman a la creciente evidencia de que los microbios que viven en nuestros intestinos influyen en el comportamiento. En concreto, han descubierto que, en ratones, las molestias gastrointestinales frecuentes pueden reducir el comportamiento social, un efecto que persiste incluso después de que hayan remitido los síntomas gastrointestinales. También demostraron que podían aliviar tanto los síntomas gastrointestinales como los cambios de comportamiento que provocan introduciendo especies específicas de bacterias en los intestinos de los animales.

El nuevo estudio, publicado recientemente en Nature Communications, demuestra que es posible influir en la salud y el comportamiento manipulando el microbioma intestinal de forma controlada.

«Creo que es un paso realmente importante desde el punto de vista terapéutico, porque ahora podemos empezar a ensamblar una terapia con organismos que sabemos que son seguros», afirma la doctora June Round, microbióloga de U of U Health, que dirigió la investigación.

La conexión intestino-conducta

Dado que los científicos todavía están tratando de desentrañar la relación entre los problemas gastrointestinales y los comportamientos relacionados con el autismo, Round y su equipo comenzaron su estudio investigando el impacto conductual de los trastornos gastrointestinales en ratones. El doctor Garrett Brown, estudiante de posgrado, estudió ratones con una enfermedad inflamatoria llamada colitis, que causa dolor, diarrea y daño intestinal.

Tras varias rondas de colitis, se dejó que los síntomas de los animales remitieran antes de realizar las pruebas de comportamiento. Los ratones que habían padecido colitis se movían con normalidad y no mostraban signos de ansiedad o depresión. Sin embargo, pasaron menos tiempo interactuando con ratones desconocidos que los ratones que no habían padecido colitis. «No es que los ratones sufran tanto dolor que no hagan nada», afirma Brown. «Así que quizá se trate de algo específico de la sociabilidad y no sólo de que los ratones se sientan mal».

La reticencia a socializar que los investigadores observaron en sus ratones recordaba a las deficiencias sociales asociadas al autismo. Dado que sus experimentos sugerían que los problemas intestinales podrían provocar cambios en el comportamiento social, se preguntaron si los microbios del intestino -que tienden a diferir entre autistas y neurotípicos- podrían estar implicados en ambos casos.

Para investigarlo, Brown recogió muestras de heces de personas autistas y de sus padres o hermanos neurotípicos. A continuación, administró las muestras llenas de microbios al tracto gastrointestinal de ratones.

Cuando indujo colitis en esos animales, los ratones portadores de microbios procedentes de individuos con autismo sufrieron más daños intestinales y perdieron más peso que los ratones cuyos microbios procedían de individuos neurotípicos. Parecía que la mezcla de microbios procedentes de individuos neurotípicos tenía un efecto protector.

Encontrar protectores microbianos

La comunidad microbiana del interior del intestino humano es tan compleja que las muestras que el equipo había utilizado en sus experimentos podrían haber incluido fácilmente cientos de tipos de bacterias, virus y hongos. Round y Brown querían saber cuáles de esos miembros de la comunidad protegían contra los problemas intestinales.

Para ello, Brown comparó los microbios intestinales de individuos con autismo con los de sus familiares neurotípicos, así como los microbios que vivían en los intestinos de ratones a los que se habían trasplantado esas comunidades microbianas. Buscaba microbios potencialmente protectores que pudieran estar infrarrepresentados en personas con autismo en comparación con individuos neurotípicos, y encontró algunos.

«Pudimos identificar microbios individuales que pensamos que podrían desempeñar un papel importante en la resistencia a la colitis grave», explica Brown, que ahora trabaja en el Centro Clínico de los Institutos Nacionales de Salud.

Destacaban dos en particular. Ciertas especies de bacterias Blautia estaban mejor representadas en individuos neurotípicos que en sus familiares autistas. Y entre los ratones colonizados con microbios de personas autistas, un grupo llamado Bacteroides uniformis era más abundante en aquellos cuya colitis era menos grave. Se sabe que el B. uniformis está infrarrepresentado en personas con síndrome del intestino irritable y enfermedad de Crohn, lo que sugiere un papel en la salud intestinal.

Una vez que los investigadores identificaron estos grupos de bacterias, Brown las administró a ratones antes de inducirles la colitis. Tanto la Blautia como la Bacteroides uniformis redujeron los problemas intestinales, y la Blautia tuvo un efecto correspondiente en el comportamiento social. Los animales que recibieron la bacteria Blautia eran más propensos que otros ratones a relacionarse con ratones desconocidos tras la colitis.

Hacia terapias personalizadas

Round afirma que este estudio es uno de los primeros en identificar organismos específicos dentro de la microbiota humana que pueden mejorar un déficit de comportamiento asociado al estrés gastrointestinal. «Se trata de un ejemplo en el que nos faltan microbios, y la falta de estos microbios beneficiosos es la causa de la enfermedad», afirma.

Serán necesarias más investigaciones para aclarar si aumentar el número de bacterias Blautia o Bacteroides uniformis podría beneficiar a las personas con trastornos gastrointestinales, autismo u otras afecciones. Pero Round afirma que descubrir sus efectos individuales es un paso importante hacia las terapias personalizadas dirigidas al microbioma.

«Algún día podremos analizar rápidamente el microbioma y decir: ‘Oye, te falta este microbio tan importante. Vamos a devolvértelo'».

REFERENCIA

Colitis reduces active social engagement in mice and is ameliorated by supplementation with human microbiota members

IMAGEN: UNA INVESTIGACIÓN DIRIGIDA POR LA DOCTORA JUNE ROUND, DE LA UNIVERSIDAD DE UTAH, HA DEMOSTRADO QUE LOS MICROBIOS QUE VIVEN EN EL INTESTINO INFLUYEN EN LA SALUD Y EL COMPORTAMIENTO SOCIAL. CRÉDITO: CHARLIE EHLERT, UNIVERSIDAD DE SALUD DE UTAH

Baltasar Pérez

Ver comentarios

  • Después de 10 años con colitis ulcerosa, me quitaron un trozo de colon por una neoplasia, de lo que casi no salgo por una sepsis, donde me colocaron una bolsa externa, dos años más tarde debido a dos nuevas neoplasias, me quitaron el colón y recto, seguí con la bolsa, no encontrando muestras de células cancerígenas en el cuerpo, a los seis meses unieron el intestino delgado al ano, de ello hace 6 años. El tomar probióticos y prebióticos durante la enfermedad de colon, incluso después, no me libro de lo acontecido, pero hay que reseñar que tenia durante la colitis 120 kilos de peso con 1,69 de altura, pasando después de la primera operación 20 días después a 80 kg, que es en lo que me mantuve desde ese percance. La anomalía es que el habito social de tomar alcohol, lo rompí hace 2 años, ya que al salir por el ano, lo que quedaba de su digestión me quemaba el mismo, sufriendo un dolor indecible. Me mantengo en forma diariamente, un día ejercicio y otro caminar, la comida sí que la controlo desde mi primera operación, pero el alcohol creo que es la causa principal del deterioro del intestino, u otras posibles evidentemente, pero en este caso pienso que es así mayormente.
    Creo que ya había tratamientos como trasplantes de heces de personas sanas y con buenos resultados.

Noticias recientes

Un chip para detectar los infartos antes de que ocurran

Un análisis de sangre rápido y preciso podría acelerar la entrega de resultados a médicos…

13 horas hace

Robots para recoger polvo de la Luna y traerlo a la Tierra

Los robots teleoperados para recoger polvo lunar están un paso más cerca, según una nueva…

13 horas hace

Los japoneses son en un 80% descendientes de coreanos de hace 2.000 años

El análisis genético de un individuo del periodo Yayoi revela patrones de inmigración a Japón…

2 días hace

Las limusinas han muerto, ¡Viva los vans!

Los grandes estadistas ya no se mueven en limusinas. Los políticos y los ejecutivos ahora…

2 días hace

Tener compañeros de menor estatus social aumenta nuestra felicidad

Nuestra felicidad se ve influida no sólo por nuestro propio estatus social, sino también por…

2 días hace

Descubierto el pie del alpinista Sandy Irvine 100 años después de su desaparición en el Everest

Se han encontrado un pie, con su bota y calcetín que se cree que pertenecen…

2 días hace