Los científicos afirman haber descubierto finalmente la causa de las migrañas lo que abre el camino para acabar con ellas
Las migrañas han sido hasta ahora uno de los misterios de la medicina. En España, las migrañas afectan a 1,5 millones de personas, que les provocan náuseas, dolores paralizantes y la incapacidad de levantarse de la cama durante horas. Una de cada cuatro padece además una sensibilidad extrema a la luz, visión borrosa y manchas negras que dificultan su funcionamiento.
A pesar de lo comunes que son estas migrañas, los científicos entienden poco sobre lo que causa estos ataques, y muchas personas no tienen medicación que funcione. Los científicos han descubierto una nueva forma de producir migrañas, un avance que podría ayudarles a crear nuevos fármacos contra esta enfermedad debilitante.
Los investigadores han descubierto que durante una migraña con aura se crean proteínas distintas, que escapan del cerebro a través de aberturas microscópicas y desencadenan el intenso dolor.
Para que alguien sienta dolor, la migraña tiene que activar los receptores del dolor que se encuentran fuera de él, algo que los investigadores saben desde hace mucho tiempo. Según el Dr. Jeffrey Iliff, de la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington, y el Dr. Andrew Russo, de la Universidad de Iowa, que no participaron en el estudio, la forma en que las migrañas se trasladan del cerebro al resto del cuerpo «sigue siendo en gran medida un misterio».
El Dr. Iliff y el Dr. Russo calificaron a los autores de «pioneros» y afirmaron que esto podría ayudarnos a encontrar nuevos fármacos para los migrañosos, en una respuesta publicada al nuevo estudio.
Para las personas con dolores de cabeza moderados, los analgésicos de venta libre, como Advil y Tylenol, suelen ser útiles. Pero para los migrañosos no suelen ser suficientes.
Según los autores del estudio, de la Universidad de Copenhague y el Centro Médico de la Universidad de Rochester, existen medicamentos aprobados por la FDA para tratar las migrañas, pero a muchas personas no les funcionan.
Las migrañas no son sólo fuertes dolores de cabeza, sino algo más serio. Por eso los médicos recetan medicamentos como los triptanes, que pueden tratar la migraña después de que empiece, o antidepresivos, anticonvulsivos o betabloqueantes, todos los cuales deberían poder prevenir las migrañas.
Pero estos medicamentos presentan una gran variabilidad. Incluso si funcionan, conllevan algunos efectos secundarios desagradables, como náuseas, insomnio, problemas de memoria, aumento de peso y caída del cabello. Estos efectos secundarios hacen que estos fármacos no sean la mejor solución para muchos migrañosos.
Para crear fármacos que traten más eficazmente las migrañas, los médicos tienen que entender qué las causa. A pesar de muchos años de investigación, la causa sigue siendo objeto de debate, según los autores del estudio. Los investigadores saben desde hace tiempo que las migrañas no actúan directamente sobre el cerebro, ya que éste no tiene capacidad para sentir dolor.
El cerebro está rodeado de múltiples membranas que lo aíslan del resto del cuerpo y sólo dejan pasar lo que es absolutamente esencial. A las moléculas les resulta difícil atravesar estas capas, tanto si van como si vienen. Los investigadores no tenían ni idea de cómo sorteaban estas barreras estas complicadas migrañas. Pero sí sabían que en ciertos tipos de migrañas, entre una hora y cinco minutos antes de que empiece el dolor, las personas empiezan a tener signos visuales extraños, como visión borrosa, luces cegadoras y puntos negros.
Resulta que, cuando empieza el aura, hay una avalancha de fluidos y señales cerebrales que se mueven por el cerebro, empujando pequeñas moléculas que desencadenan la migraña. El estudio descubrió que, en los ratones, las moléculas que desencadenan la migraña escapan del cerebro cabalgando sobre este fluido: son empujadas hacia fuera en un pequeño hueco donde el nervio que controla la cara sobresale del cerebro.
Según Iliff y Russo, es la primera vez que alguien identifica este espacio. Creen que estas diminutas partículas, que son pequeñas proteínas, podrían ser el objetivo de nuevos fármacos y detener la migraña. Aunque este trabajo aporta algunos de los datos más sólidos hasta la fecha sobre el papel del sistema glinfático en la migraña, aún queda mucho por descubrir, según escribieron los doctores Illif y Russo.
Algunas de las moléculas que se identificaron en este nuevo estudio ya estaban siendo investigadas por las compañías farmacéuticas. En 2018, la FDA en EE UU lanzó el primero de estos medicamentos, llamados inhibidores del péptido relacionado con el gen de la calcitonina, en honor a la proteína particular contra la que están diseñados para luchar.
En aquél momento, la American Migraine Foundation llamó a este tipo de medicamentos «la mayor noticia en el tratamiento y la prevención de la migraña en décadas». Sin embargo, esto no soluciona la migraña para todo el mundo.
Según el Dr. Martin Kaag Rasmussen, autor del estudio, las otras moléculas halladas podrían ser clave para «descubrir nuevas dianas farmacológicas que beneficien a la gran mayoría de pacientes que no responden a las terapias disponibles».
REFERENCIA
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