La semaglutida, el ingrediente activo del fármaco para adelgazar Ozempic, es también eficaz para combatir la adicción al tabaco
El nuevo uso de semaglutida se asoció con un menor riesgo de atención médica relacionada con el trastorno por consumo de tabaco (TUD) en fumadores con diabetes tipo 2 en comparación con otros 7 medicamentos antidiabéticos. Aquellos que utilizaron semaglutida tuvieron menos probabilidades de tener un encuentro médico que incluyera un diagnóstico de TUD, prescripción de medicación para dejar de fumar o asesoramiento para dejar de fumar durante el periodo del estudio. Estos resultados sugieren la necesidad de realizar ensayos clínicos para evaluar el potencial de semaglutida para dejar de fumar. El estudio se publica en Annals of Internal Medicine.
Informes anteriores sobre la reducción del deseo de fumar en pacientes tratados con semaglutida, un medicamento agonista del receptor del péptido similar al glucagón (GLP-1RA) para la diabetes mellitus tipo 2 y la obesidad, han suscitado interés sobre su posible beneficio para los trastornos relacionados con el consumo de tabaco.
Investigadores del Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas, los Institutos Nacionales de Salud y la Facultad de Medicina de la Universidad Case Western Reserve en EE UU utilizaron un marco de emulación de ensayo objetivo para evaluar la eficacia comparativa del nuevo uso de semaglutida frente al nuevo uso de otros 7 medicamentos antidiabéticos, incluidos otros GLP-1RA, en medidas de atención sanitaria relacionadas con el TUD en 3 poblaciones de estudio: pacientes con diabetes tipo 2 comórbida y TUD, pacientes con diabetes tipo 2 comórbida y TUD que tenían un diagnóstico de obesidad, y aquellos que no tenían un diagnóstico de obesidad. Los investigadores descubrieron que la semaglutida se asociaba con un menor riesgo de utilización de servicios sanitarios relacionados con el tabaquismo, incluido el uso que indicaría esfuerzos para dejar de fumar.
Se observaron efectos similares en subpoblaciones con y sin diagnóstico de obesidad, y los resultados se observaron principalmente en los 30 días posteriores a la prescripción. Aunque los resultados concuerdan con la hipótesis de que la semaglutida podría ser beneficiosa para dejar de fumar, los autores señalan que las limitaciones del estudio impiden llegar a conclusiones firmes y no deben interpretarse como una justificación para que los médicos utilicen la semaglutida para dejar de fumar de forma no autorizada.
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