El norovirus es extremadamente contagioso y causa vómitos y diarrea, y el alcohol no sirve para combatirlo

El norovirus, conocido como «virus estomacal» o o «gripe estomacal», es un microorganismo responsable de infecciones gastrointestinales altamente contagiosas. A diferencia de otros virus, carece de una envoltura externa que facilite su destrucción con desinfectantes comunes como el alcohol, lo que lo hace más resistente en superficies.

El norovirus es una de las principales causas de vómitos, diarrea y enfermedades transmitidas por alimentos en el mundo. Aunque afecta durante todo el año, su incidencia aumenta en otoño e invierno, cuando las personas pasan más tiempo en interiores. Este virus se propaga fácilmente mediante el contacto directo con personas infectadas, superficies contaminadas o alimentos y agua contaminados. Una vez contraído, no existen tratamientos antivirales para eliminarlo, por lo que la prevención es clave.

Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos, el norovirus puede sobrevivir días o incluso semanas en superficies, lo que dificulta su erradicación. Los desinfectantes comunes, como los geles hidroalcohólicos, no son efectivos porque el norovirus carece de una envoltura externa, conocida como bicapa de fosfolípidos, que otros virus como los de la gripe o el COVID-19 poseen. Esta envoltura es el objetivo principal de los alcoholes para neutralizar virus, pero en el caso del norovirus, su cápside proteica requiere métodos más robustos para desactivarla.

El lavado de manos con agua y jabón es una de las formas más eficaces de eliminar el virus de la piel. Según el Dr. Robert Hopkins Jr., director médico de la Fundación Nacional de Enfermedades Infecciosas, el jabón envuelve y elimina físicamente las partículas virales al enjuagar. Sin embargo, para superficies contaminadas, se necesita un desinfectante más fuerte, como soluciones de cloro (lejía), capaces de destruir la estructura proteica del virus.

El CDC recomienda estas medidas para prevenir la transmisión del norovirus:

  • Lavar las manos frecuentemente con agua y jabón, especialmente después de usar el baño, antes de manipular alimentos o cuidar a personas enfermas.
  • Desinfectar superficies contaminadas con soluciones de cloro (lejía).
  • Lavar la ropa sucia a altas temperaturas.

Además, en contextos como hospitales, donde el virus puede transmitirse por partículas en el aire tras episodios de vómito, usar mascarillas podría reducir el riesgo de contagio.

Cuando alguien contrae norovirus, debe mantenerse hidratado para evitar la deshidratación, ya que no hay medicamentos antivirales específicos ni antibióticos que lo combatan. Los síntomas suelen durar entre uno y tres días, pero las personas pueden seguir contagiando hasta dos días después de que desaparezcan. Por eso, es fundamental quedarse en casa durante ese periodo para evitar propagar el virus.

El Dr. Hopkins subraya que, en ausencia de tratamientos específicos, la prevención es nuestra mejor herramienta. «Es mejor evitar infectarse que lidiar con los síntomas», afirma.

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