Se trataba más bien de una afición sin ánimo de competir. Skyrunner es realmente el nombre de esa especie de zancos flexibles con los que se practica. La idea es lograr saltar el máximo de altura (unos 2 m) y dar pasos lo más largos posible (hasta 2,5 m). Cada zanco pesa unos 3,5 kg, y está hecho de una aleación de aluminio resistente, pero flexible.
Su forma está pensada para que el arco devuelva en sentido contrario la fuerza y el peso que se ejerce sobre él, por lo que se logra un efecto rebote que se aprovecha en dirección ascendente o avanzando, según se quiera.
Enviado por Alfredo Marañón Ferrara, Murcia
Redacción QUO
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