Algunos fenómenos, como la identificación entre los sonidos de /y/ y /ll/, ya están prácticamente establecidos. El debilitamiento de las vocales a final de palabra, o de las consonantes a final de sílaba, son propios de la tendencia al mínimo esfuerzo de cualquier hablante. Si nos dejamos llevar por ella, podrían imponerse también la concordancia del “haber” impersonal con “lluvias”, que el imperativo pierda la forma del vosotros, que algunos verbos irregulares vayan regularizándose o que se usen menos preposiciones delante del “que” relativo.
Redacción QUO
Dentro de unas semanas empezará a venderse el Citroën C3 Aircross, un SUV de hasta…
Uno de los telescopios más potentes de la Tierra ha observado con un detalle sin…
Los investigadores están encontrando en Bluesky, una plataforma alternativa a X (antes Twitter), un espacio…
Menos del 7% de los focos mundiales de colisión entre ballenas y barcos cuentan con…
Innumerables estrellas habitan en otras galaxias, tan lejanas que observar incluso una sola de ellas…
Las personas con peor salud mental son más propensas a navegar por Internet con contenidos…