Lo que hicieron los nazis con los judíos ha sido uno de los episodios más espantosos del siglo XX. Pero antes de dar luz verde a la llamada Solución final (la puesta en marcha del mecanismo de exterminio masivo), el gobierno de Hitler alumbró las no menos aberrantes Políticas de Reubicación. Manera eufemística de llamar a la deportación forzosa de millares de judíos.
La mayoría de dichas deportaciones se realizaron hacia territorios del este de Europa, creando guetos en Polonia. Pero los nazis también se plantearon convertir la isla de Madagascar en un gigantesco campo de concentración.
Fue un alto funcionario llamado Franz Rademacher quien alumbró esta idea en 1940. El proyecto fue muy bien acogido por Adolf Eichmann. En aquella época, Madagascar era colonia francesa. Y la idea era apoderarse de ella tras la caída de París, y deportar allí a miles de judíos, sufragando los costes del transporte con la expropiación de sus bienes. Algo que obligaba también a deportar al continente a los franceses residentes en la colonia.
Pero el fracaso en lograr la rendición de Gran bretaña, y las complicaciones surgidas tras la invasión de Rusia, obligaron a los nazis a abandonar el proyecto, ya que Madagascar estaba demasiado lejos como para poder garantizar su control frente a una invasión aliada.
Un episodio que, aunque frustrado, revela una vez más las cotas de delirio y de horror que alcanzó el nazismo.