Un líquido claro, de consistencia similar a un ligero lubricante, que nada tiene que ver con la humedad común que acompaña a la excitación en los genitales de la mujer, y no es orina. Un fluido muchas veces tabú, y cuya existencia se ha discutido incluso en seminarios de expertos. Ahora no hay dudas: hay mujeres que eyaculan y mujeres que no.
El primero en hablar de ella fue Ernst Gräfenberg, el científico alemán que dio nombre al punto G, y el gran hallazgo fue en 1981, cuando la sexóloga estadounidense Beverly Whiple publicó el caso de una mujer que eyaculó en su laboratorio. Durante el clímax, emitió una gran cantidad de líquido.
Su composición es principalmente una mezcla de fluido prostático, con glucosa y restos mínimos de orina. La llamada próstata de la mujer son glándulas uretrales y parauretrales que no se observan a simple vista, pero están en la pared anterior de la vagina. Se ha relacionado la eyaculación con mujeres cuya pared vaginal tiene más grosor.
Entre los usuarios del porno, se conoce como squirting.