El SETI, (Search for ExtraTerrestrial Intelligence) lleva desde los años 70 buscando vida extraterrestre inteligente en el espacio. Durante todos estos años, los resultados no han aportado ningún dato relevante que arroje algo de luz sobre la presencia o existencia de vida en otros planetas, pero eso no quiere decir que los científicos hayan perdido la esperanza: buscan nuevas fórmulas para hacerlo.
Hasta ahora, el Proyecto SETI ha buscado vida extraterrestre inteligente sin éxito por medio del análisis de señales electromagnéticas capturadas en distintos radiotelescopios. Esto se conoce como SETI@Home, un proyecto de computación distribuida que analiza señales de radio. Este, cuenta desde los años 70 con el apoyo de millones de personas en el mundo que, mediante el uso de sus computadoras personales, procesan la información recogida por el radiotelescopio de Arecibo, ubicado en Puerto Rico. Hasta ahora, por desgracia de los que llevan toda su vida estudiando y analizando los sonidos del espacio, no se ha detectado ninguna clase de señal de origen extraterrestre, exceptuando la Señal WOW cuyo origen aún es desconocido.
Ahora, dos investigadores norteamericanos han publicado un estudio en el que argumentan que podría utilizarse otra nueva técnica para encontrar la escurridiza vida extraterrestre: mediante el análisis de su luz. Avi Loeb, científico en el Centro de Astrofísica Harvard-Smithsonian y Edwin Turner, investigador en la Universidad de Princeton, proponen que los científicos del SETI centren ahora sus esfuerzos en intentar encontar contaminación lumínica que podrían estar emitiendo ciudades alienígenas para encontrar vida inteligente en exoplanetas.
A pesar de que esta afirmación presupone muchas cosas (como que los extraterrestres usan tecnologías similares a las nuestras), la propuesta es interesante. Si desde la Luna, las ciudades de la Tierra son claramente visibles cuando se observa el lado nocturno de nuestro planeta, ¿Por qué no iba a pasar igual en los planetas extrasolares que pudieran albergar vida? Considerar que los extraterrestres puedan tener luz artificial similar a la nuestra no parece una teoría inicial tan incoherente. La técnica es simple: seguir la trayectoria del exoplaneta mientras él orbita alrededor de su estrella y observar detenidamente la fase de noche del planeta. De esta forma, comparando la cantidad de luz visible en la fase nocturna con las mediciones iniciales, los astrónomos podrían determinar si existe o no luz artificial en el planeta observado.
Los métodos de detección del SETI son debatidos y criticados por algunos. No les falta tampoco razón. Según la famosa ecuación de Drake, que arroja una cifra aproximada del número de civilizaciones de la galaxia, la vida media de una civilización tecnológica podría estar, en el caso más optimista, en torno a los 10.000 años. Tomando como ejemplo nuestra propia civilización, se considera que hemos emitido señales útiles (detectables) durante aproximadamente 60 años. Por eso queda abierta una interesante pregunta: en el caso de que exista vida inteligente, ¿Qué no habrán hecho otras civilizaciones alienígenas en 10.000 años? ¿Realmente somos nosotros los pioneros?».
Según el astrónomo de Harvard: «Buscar ciudades alienígenas podría ser una larga misión, pero no requiere de recursos adicionales. Este logro cambiaría nuestra percepción acerca de nuestro lugar en el universo”. Sin embargo, el astrónomo admite que esas cantidades pequeñas de luz, requieren del uso de nuevos telescopios para poder ser observadas de cerca.
La otra gran pregunta es, si los extraterrestren han desarrollado la luz artificial… ¿sus compañías eléctricas serán mejores que las nuestras? Dado el mal tiempo que parece hacer por otros planetas, esperemos que hayan descubierto un sistema más eficiente para no quedarse sin luz… cuando más lo necesitas.
Redacción QUO
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