La revolución Kon Mari ha llegado a nuestra vida sexual. Desde que la japonesa Marie Kondo introdujera su método de limpieza y orden extremo, no hay ámbito que no sucumba a su mandato, incluido el sexo. Su impacto entre las sábanas empieza a ser sorprendente y así lo han dejado patente los participantes en una encuesta realizada por la firma Decluttr. Si tuviesen escoger, el 44% de las personas preferirían renunciar al sexo antes que hacerlo en un lugar que no está del todo limpio.
En la encuesta, la mitad de los hombres y mujeres declaró que sería muy probable que mantuvieran relaciones íntimas una vez que la pareja hubiese hecho las tareas del hogar. Y el 60% afirmó que un dormitorio limpio y organizado actúa como excelente afrodisíaco. Al contrario, el 40% tiene claro que encontrarse con un espacio desordenado o poco higiénico puede dar al traste con cualquier expectativa sexual.
Por qué se apilan las cosas
El desorden es una barrera insalvable en las relaciones íntimas. Lo dejan cada vez más claro las empresas de limpieza y orden que van naciendo en la era Kon Mari. “Es un muro figurativo importante. A veces los problemas que subyacen en la relación son los que provocan el desorden y, a su vez, éste contribuye a los problemas posteriores”, afirma en su web Gayle Gruenberg, organizadora profesional y fundadora de Let’s Get Organized.
La firma Wellspring, dedicada a la creación de espacios limpios y enérgicos, ha creado un particular manifiesto de la atracción en el que el orden ocupa un lugar preferente. Su punto de partida es que el dormitorio es lo primero que uno ve cuando se despierta por la mañana y lo último cuando apaga las luces para dormir. Es donde nos vestimos para el día. También el lugar en el que nos reconectamos con nuestra pareja a través del sexo y la intimidad física.
Según Wellspring, el caos suele ser la manifestación física de una falta de comunicación y agranda la distancia en la pareja. “Los papeles, los libros y los proyectos esparcidos por toda la mesa de la cocina o el comedor impiden sentarse a comer juntos, enfrentarse, discutir temas profundos, planificar el futuro, vincularse, crecer”.
“Como somos seres espirituales que vivimos en un mundo físico, nuestros vínculos con lo físico son muy importantes. Todo lo que poseemos y aceptamos que permanezca en nuestro hogar está relacionado con nosotros energéticamente”. En su manifiesto aconseja una iluminación suave, ropa de cama exuberante y, sobre todo, reservar el dormitorio como un santuario interior para dormir, leer un poco y hacer el amor.
La principal razón es enviar el siguiente mensaje al cerebro: venir aquí significa que es hora de prepararse para el sexo o para dormir. «En consecuencia, esta elección mejora tanto la calidad del sueño como del sexo. Si el dormitorio se usa para otras actividades, el desorden se convierte en un enorme sumidero de energía que desvía la atención de lo que es importante. Es difícil ponerte sexy con una gran cantidad de ropa sucia en el suelo y pilas de basura por todas partes».