La cumbre mundial de Asco (Sociedad Americana de Oncología Clínica), en Chicago, es uno de los eventos más esperados para los médicos oncológicos. Los mayores profesionales del mundo exponen los últimos avances en la investigación contra el cáncer y la atención al paciente de la más alta calidad. Sin embargo, este año han tenido un protagonista inesperado: la situación de acoso sexual y el sexismo que sufre una parte de los oncólogos.
Según un estudio presentado por la doctora Marina Stasenko, autora principal e investigadora clínica en oncología ginecológica en el Memorial Sloan-Kettering Cancer de Nueva York, los oncólogos también tienen que lidiar a diario con el acoso sexual, las desigualdades salariales o la discriminación por motivos de género. Stasenko y su equipo realizaron una encuesta anónima en octubre de 2018 a través de un cuestionario enviado a unos 1.566 médicos, todos miembros de la Sociedad de Oncología Ginecológica. El 64% de los encuestados confesó haber sufrido acoso sexual durante su formación clínica o etapa de prácticas. El 71% de las mujeres y el 51% de los hombres.
Escasas denuncias
Soportaron comentarios sexistas (51% para las mujeres, 24% para los hombres), rechazo (33% de las mujeres 19% de los hombres) y gestos sexuales no deseados (23% de las mujeres, 28% de los hombres) . Además, el 4% de las mujeres y el 2% de los hombres dijeron que habían sido invitados a intercambiar sexo por cargos académicos. A pesar de esta situación, solo el 14% de ellos denunció el incidente. Unas veces porque las víctimas creyeron que el hecho no fue lo suficientemente significativo y otras porque pensaron que no se haría nada para remediarlo o por temor a represalias.
Otro de los estudios presentados en Asco ha sido realizado por la doctora Willemieke Dijksterhuis, de la Universidad de Ámsterdam (Países Bajos), entre 2011 y 2018 y se basa en el número de hombres y mujeres que han tenido el honor de presentar su trabajo a sus colegas en Congresos. Su conclusión es que la paridad está aún lejos, ya que menos de una cuarta parte tienen autoría femenina. La falta de visibilidad, según los autores, podría socavar el reconocimiento de su investigación, las oportunidades de carrera académica e incluso obstaculizar la heterogeneidad y los resultados de la investigación.