La ciencia ha descubierto por qué muchas relaciones acaban sexualmente tan mal y la razón podría estar en ese ritmo circadiano endógeno que tenemos cada individuo y que nos lleva a ser matutinos o madrugadores, vespertinos o trasnochadores e intermedios. Es importante para nuestras funciones vitales y también a la hora de disfrutar de una vida sexual saludable. El momento más común en el que las personas tienen sus encuentros suele ser el peor momento posible, dice un estudio publicado en Frontiers and Psychology por investigadores de la Universidad de Varsovia.
De acuerdo con sus resultados, las parejas británicas eligen entre las 21,00 y la 1,00 de la madrugada para mantener sus relaciones sexuales. Sin embargo, el porcentaje de encuestados que informó haber tenido sexo bueno y excelente fue inferior al 40%. La mayoría dijo que planteaban el sexo nocturno como una tarea rutinaria, aunque no fuese satisfactoria para ellos.
Si bien este puede parecer el horario más cómodo para las personas, también es el momento en el que su cuerpo intenta relajarse y todos los órganos del cuerpo hacen su trabajo preparándose para el día siguiente. Por lo tanto, científicamente, no se considera como la mejor opción erótica, puesto que requiere mucha energía y rendimiento.
Por otra parte, las mujeres, a diferencia de los hombres, tienden a estar más cansadas durante la noche. Contrariamente a la creencia popular, el sexo a esta hora no es oportuno. Al igual que el ritmo circadiano, nuestro cuerpo también tiene un reloj sexual que decide cuándo nuestras hormonas llegan a sus niveles óptimos y nuestras libidos están en alza.
De acuerdo con ello, el sexo matutino es la mejor elección. Mientras descansa, el cuerpo produce hormonas vitales, de manera que por la mañana los niveles de testosterona y otras hormonas sexuales se encuentran en su nivel más alto, lo que equivale a una mayor satisfacción. Lo mejor es que, con el tiempo, los biorritmos de la pareja aprenden a sincronizarse.