Moverse en el espacio ya es difícil, pero hacerlo cargando en el casco seis detectores de partículas, cada uno del tamaño de una caja de zapatos, es casi una misión imposible. Pero como es la ideada por el físico Livo Narici, los cosmonautas de la ISS la aceptan. El experimento se llama Long Term Effects in Astronauts’ Central Nervous System, ALTEA, (Efectos a largo plazo en el sistema nervioso central de los astronautas). Cada vez que el astronauta percibe un flash de luz de origen desconocido, pulsa un botón para dejar establecido el momento del acontecimiento. De este modo, los detectores siguen la pista a las partículas que en ese momento cruzaron las “cajas de zapatos”. Así, intentarán descubrir: primero, qué tipo de partículas exactamente son las que producen estos efectos luminosos, y qué lugar concreto del sistema visual se ve afectado.
Redacción QUO
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