Matemáticamente hay precedentes. Abraham de Moivre era un matemático francés que predijo la fecha de su propia muerte de una forma de lo más curiosa. Cerca de la visita de la parca, se dio cuenta de que cada día dormía 20 minutos más que el anterior y conjeturó que se moriría el día en el que durmiera las 24 horas. Sus cálculos le remitieron al 27 de noviembre de 1754 y sí, efectivamente se murió ese día, tras 73 jornadas postrado en cama. ¿La causa de la muerte? Somnolencia.
Pero no ha pasado a la historia precisamente por esto, sino por su la fórmula que lleva su nombre, que le sirvió para ser miembro de la Royal Society y que Isaac Newton le tuviera como su matemático de cabecera. También se le considera el fundador de la trigonometría analítica.
Publicada en la sección #Quonectados Nº 206 de @QuoRevista
Redacción QUO
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