¿Habéis presenciado alguna vez una batalla de gallos? Decenas de raperos improvisando sus rimas sobre una base en una lucha sin cuartel por ser el que mejor hace versos sobre la marcha. Parece algo sobrehumano, pero ahora tiene una explicación científica.

Un estudio del Instituto Nacional de Salud de EEUU publicado en la revista Nature, ha descubierto que cuando un rapero improvisa se activan las partes de su cerebro vinculadas con la motivación, la organización y la integración. Mientras que aquellas partes responsables del control y autocontrol, se detienen. Esto quiere decir que el cerebro apaga aquellas partes que podrían distraerlo del proceso creativo.

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Publicado para #Quonectados nº 208.

Redacción QUO