El suizo Spetim Saciri ha rizado el rizo inventando un bozal invisible (unas fundas de plástico que se colocan al perro en los dientes), lo último en un invento que comenzaron a usar los romanos en el siglo I a. C. Las familias pudientes incorporaron el perro como elemento de defensa en sus villas e idearon un rudimientario bozal para evitar agresiones indeseadas. En eso no ha evolucionado: su forma es casi igual que la actual.
Redacción QUO
La clave está en cuánto somos capaces de predecir de la pieza, y hasta qué…
Un nuevo estudio prevé un fuerte aumento de la mortalidad relacionada con la temperatura y…
Los investigadores ha descubierto un compuesto llamado BHB-Phe, producido por el organismo, que regula el…
Un nuevo estudio sobre la gran mancha de basura del Pacífico Norte indica un rápido…
Una nueva teoría que explica cómo interactúan la luz y la materia a nivel cuántico…
Pasar dos horas semanales en un entorno natural puede reducir el malestar emocional en niños…