Un equipo de arqueólogos que estaban realizando excavaciones en el cementerio de St. Michael’s Lytton, en Inglaterra, han hecho un descubrimiento excepcional. Se trata de un útero calcificado de más de tres kilos de peso que, según los primeros análisis, perteneció a una mujer de unos cincuenta años, y tiene una antiguedad mínima de doscientos años.

En un primer momento se sospechó que podría tratarse de un caso de litopedia, que es cuando a algunas mujeres les queda un feto calcificado en su interior. Pero los análisis no revelaron nada en su interior, así que los investigadores piensan que la deformación pudo deberse a algún tipo de tumor.

Redacción QUO