La noticia habla de dos dinosaurios, uno vivió hace 70 millones de años en lo que hoy es Mongolia. Se llamaba Tyrannosaurus bataar (aunque algunos lo llaman Tarbosaurus bataar) y es un primo del mentadísimo Tyrannosaurus rex.
El otro nadie conoce exactamente la fecha de su nacimiento, a juzgar por las imágenes que lo relacionan con personajes del pasado.
Se sabe que es omnívoro en su profesión ( se traga cualquier cosa) y que tiene una política de tabaco muy generosa: ha hecho cosas infumable. Este último dinosaurio responde al seudónimo de Nicholas Cage y se ha visto envuelto en una polémica por el cráneo del primero.
Todo comenzó en 2007 cuando Cage, fanático de fósiles y rocas siderales, adquirió una pieza ósea del Tyrannosaurus bataar por unos 230.000 euros, ganándola en la puja a Leonardo DiCaprio. El problema es que en 2013 se supo que la casa de subastas relacionada con la venta, IM Chait, habría adquirido el cráneo de un contrabandista previamente condenado: Eric Prokopi, quien se enfrenta a 17 años de cárcel por haber vendido, por cerca de un millón de euros, un esqueleto completo de otro Tyrannosaurus bataar, el cual habría sido robado.
El Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos contactó con Cage para comunicarle la posible procedencia del cráneo (que aún no se demostró que haya sido robado) y el protagonista de ConAir inmediatamente optó por devolverlo.
Redacción QUO