Cincuenta personas (sin contar al propio asesino) murieron en la matanza de Orlando. Ahora, el departamento de policía de esa ciudad ha publicado esta foto, en la que se ve el casco que llevaba puesto uno de los policías que intervino en el tiroteo para eliminar al autor de la masacre. Un casco que le salvó la vida, ya que se aprecia claramente el impacto de bala que recibió, y que podría haberle perforado la frente.
Los cascos de protección balística de los grupos de asalto de la policía americana, están fabricados con kevlar, un tipo de fibra descubierto en 1965, mucho más resistente que el nylon, y que es ideal para fabricar chalecos antibala y equipamientos de defensa personal.
Estos cascos tienen un nivel de protección balística NIJ IIIA, una de las categorías más altas que existen, solo superada por la NIJ IV, que protege además contra las balas que perforan blindajes. Desde luego, el policía que lo llevaba puesto dar fe de lo eficaz que resulta ya que, gracias a él, ha vuelto a nacer.
Vicente Fernández López
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