Steve Calise, jefe del grupo parlamentario del Partido Republicano en la Cámara de Representantes de Estados Unidos, resultó gravemente herido después de que un hombre abriera fuego contra un grupo de congresistas y senadores conservadores que jugaban al beisbol en un campo de entrenamiento de las afueras de Washington.
El agresor, que fue abatido por la policía, se llamaba James. T. Hodgkinson. Según los testigos, iba armado con un rifle y parece ser que preguntó a un grupo de espectadores si el partido lo estaban disputando demócratas o republicanos. y, cuando le respondieron que eran los segundos, comenzó a disparar.
Hodgkinson era propietario de un negocio de inspección de viviendas, y ya había mostrado en las redes su aversión al partido republicano con mensajes como este: «Trump es un traidor. Ha destruído la democracia. ya es hora de destruir a Trump y compañía».
El político demócrata Bernie Sanders, en cuya campaña el agresor había participado como voluntario, declaró sentirse asqueado por lo sucedido.
El suceso solo puede calificarse de terrible pero, lamentablemente, no es la primera vez que sucede algo así. Los políticos y altos funcionarios de los gobiernos siempre han sido uno de los objetivos prioritarios de terroristas y perturbados de toda índole. En algunas ocasiones, incluso, estos atentados han sido captados en directo por las cámaras.
El ejemplo más reciente lo tuvimos el pasado mes de febrero en Turquía. El embajador ruso Andréi Karlov fue asesinado de ocho disparos en una galería de arte de Ankara. su asesino fue un joven policía que formaba parte del dispositivo de seguridad que debía protegerle, y que antes de morir abatido pro sus propios compañeros gritó: «¡Dios es grande! ¡Dios es grande! ¡Nosotros morimos en Alepo, vosotros morís aquí! ¡Matáis a gente inocente en Alepo y en Siria!»
Pero la primera filmación de un atentado se produjo en España. Fue en Madrid, el 31 de mayo de 1906, durante la boda del rey Alfonso XII y María de las Mercedes. Un anarquista llamado Mateo Morral lanzó una bomba camuflada en un ramo de flores al paso de la carroza real. El soberano y su esposa salieron ilesos, pero varios miembros de su guardia resultaron muertos y heridos.
aunque el primer atentado mortal contra un gobernante recogido por las cámaras, fue el del rey Alejandro I de Yugoslavia, asesinado en la ciudad de Marsella durante una visita oficial por un revolucionario separatista. El asesino fue posteriormente linchado por la multitud.
El asesinato de John Fitzgerald Kennedy en Dallas también fue grabado por la cámara de un aficionado. La película del suceso ya es mítica.
Impactante fue también la muerte del presidente de Egipto Anwar el-Sadat, el 6 de octubre de 1981, mientras presenciaba un desfile militar. Un grupo de soldados saltaron de uno de los camiones y lanzaron varias granadas contra el palco presidencial, aunque solo una llegó a explotar. Luego, abrieron fuego con sus fusiles de asalto acabando con la vida del gobernante (a partir del minuto 1,40 en el vídeo).
Más suerte tuvo Ronald Reagan quien, en marzo de ese mismo, año logró salvarse, aunque resultó herido de un balazo, de un atentado perpetrado por un perturbado llamado James Hickey. Aunque el magnicida se cobró la vida de uno de los miembros de su servicio de seguridad. Hickey estaba obsesionado con la actriz Jodie Foster, y para llamar su atención, quiso hacer lo mismo que el protagonista de la película Taxi driver que, en un momento determinado, se plantea matar a un famoso político.
Vicente Fernández López
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