En mayo de 1942, tuvo lugar la llamada batalla del Mar del Coral, que enfrentó a la armada estadounidense y a la japonesa. El combate acabó en tablas, sin un vencedor claro, aunque supuso el fin del avance japonés en el Pacífico, ya que frenó su intento de invadir Nueva Guinea y Australia. Pero en aquel encuentro naval se fue a pique el portaaviones USS Lexington, una de las joyas de la flota de EE UU (los japoneses también perdieron otro). Y en el naugrafio perecieron 200 de los 2.700 hombres que formaban la tripulación del navío.
Ahora, 76 años después, un equipo dirigido por Paul Allen, cofundador de Microsoft, ha logrado localizar varios restos del Lexington. Entre ellos 18 de los 35 aviones que portaba la nave. Casi todos están parcialmente destruídos, salvo uno de los cazas que está casi intacto, y en el que se ven un dibujo de Mickey Mouse y cuatro banderas japonesas (símbolos que se usaban para marcar el número de aviones enemigos derribados).
El Lexington fue hundido por el impacto de varios torpedos japoneses, y sus restos han reposado durante todo este tiempo a unos 3.000 metros de profundidad, y a 800 kilómetros de la costa australiana.
Vicente Fernández López
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