Los primeros restos del Hombre de Cromañón fueron descubiertos en 1869 en una cueva de Francia. Se trataba de cinco esqueletos que, en aquellla época, constituyeron los huesos de un humano moderno más antiguos conocidos. Y entre todos ellos destacaba especialmente el cráneo de un varón, debido a que mostraba en sus huesos unas extrañas marcas, cuyo misterio ha permanecido indescifrable hasta ahora mismo.
No estaba claro si habían sido causadas en vida de aquel hombre, o si se habían producido después de su muerte. Pero, ahora, un equipo de antropólogos y forenses de la universidad Paris-Descartes, en Francia, han reconstruído su rostro y han desvelado el misterio.
Los investigadores han descubierto que aquel hombre que vivió hace aproximadamente 28.000 años, padecía neurofibromatosis tipo-1, un trastorno cutáneo que provoca la aparición de tumores benignos en la cara. Una afección que puede apreciarse claramente en la magistral reconstrucción que han realizado del rostro de este hombre del pasado.
Fuente. IFL Science.
Vicente Fernández López
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