Os traemos tres impactantes fotografías que revelan realidades ocultas o insólitas de nuestro planeta que generalmente nos pasan desapercibidas.
Ser mapache en China es una tragedia. En el país asiático existe un gigantesco mercado ilegal que suministra pieles de estos animales al resto del mundo. Pieles como las que aquí vemos expuestas en una calle de Chengdu. Según ha denunciado una investigación realizada por la ONG Igualdad Animal, los mapaches son criados en granjas clandestinas donde malviven hacinados en jaulas que no superan su propio tamaño. Las heridas que les causan los barrotes provocan la muerte de muchos de ellos. Pero para los que sobreviven el destino es casi peor, ya que, según fuentes de dicha ONG, estos pobres animales son despellejados vivos; según parece, la piel es de mejor calidad que si los desollasen muertos. Las Autoridades chinas persiguen a estos traficantes, pero es difícil luchar contra un negocio que mueve mucho dinero en algunas de las zonas más deprimidas del país.
El pellejo en el asfalto
Un triciclo trata de pasar con dificultad, por una calle donde los traficantes han colocado las pieles de mapache al sol para que se curtan.
Los ojos de la discriminación
Hay miradas que lo dicen todo. Como la de esta mujer sentada en un tradicional tuk tuk, en la ciudad birmana de Sittwe. La bella protagonista de esta foto pertenece a la etnia de los rohingya, una minoría de raíces musulmanas. Muchos de los miembros de este grupo han protagonizado en los últimos meses un éxodo masivo, formando parte de esa inmensa masa de personas que abandonó el país en precarias balsas atestadas de gente. Varias ONG denunciaron hace un mes que mujeres pertenecientes al grupo rohingya, ingresadas en campos de refugiados en Tailandia, estaban siendo obligadas a formar parte de redes de trata de mujeres. Pero los rohingya tienen un largo historial de sufrimiento. Birmania, su país natal, nunca les ha reconocido como ciudadanos de pleno derecho; no se les permite poseer tierras y necesitan pedir permiso oficial para casarse y viajar.
Ciudad-prisión. Esta mujer vive en Sittwe, donde el Gobierno birmano ha confinado a gran parte de la etnia rohingya.
La peor pesadilla de un alérgico
En ocasiones hay fotos que parecen cuadros. En este caso, la autora ha sido la propia naturaleza, y para crear su obra no necesitó pintura, ya que en su lugar usó polen. Se trata de una vista aérea del lago Starnberg, en Alemania, cuya superficie quedó totalmente cubierta de polen la pasada primavera. Aunque es habitual que todos los años parte del polen vaya a parar a los lagos y ríos (y acabe en el fondo, formando parte de sus sedimentos), lo que no es tan normal es que cubra la superficie formando un manto tan denso. Es un fenómeno que en ocasiones también se ha observado en el lago Tahoe, en Nevada. Se produce cuando hay fuertes tormentas con vendavales que transportan el polen desde bosques cercanos. El resultado hace que las aguas tengan un aspecto turbio y sucio, pero cuando se ve desde las alturas el cambio de perspectiva hace que adquiera una belleza casi surrealista.
Navegando en aguas verdes
El manto de polen no impidió que los pescadores salieran a las aguas del lago Starnberg a intentar atrapar sus presas.