La película The artist ganó cuatro oscars, entre ellos los relativos a mejor película y mejor actor protagonista. Desgraciadamente, no hubo ninguna estatuilla para Uggie, el entrañable perro del filme que robó el corazón a miles de espectadores. Con motivo de su muerte, le hemos organizado este pequeño homenaje en forma de galería con algunos de los mejores actores caninos de todos los tiempos. «Actores» que solo eran capaces de recitar una frase… «guau»… Pero que la recitaban como nadie.
Un cáncer de páncreas ha acabado con la vida de este entrañable terrier Jack Russell, que fue el compañero de peripecias de Jean Dujardin en The artist. Aunque también apareció en otros filmes como Agua para elefantes.
Un San Bernardo asesino, creado por la tortuosa mente de Stephen King. El perro, inicialmente dócil y cariñoso, se convierte en una bestia sedienta de sangre tras ser mordido por un murciélago rabioso, y se transforma en la pesadilla personal de una atribulada madre y su hijo de corta edad, que son acosados sin piedad por el bicho.
Elízabeth Taylor tuvo dos compañeros inolvidables en la pantalla: Richard Burton y la perra Lasssie.
Esta inolvidable perrita collie fue creada por el escritor británico Eric Knight en 1938, y dio el salto a la pantalla en 1943. Protagonizó ocho películas y seis series de televisión, y en 1953 ganó un premio Emmy.
Hachiko fue un perro japonés de raza akita, recordado por la devoción que sentía hacia su dueño, profesor en la Universidad de Tokio. Cada día, el animal acudía a esperarle a la estación de tren cuando volvía del trabajo. Pero, una fatídica tarde de 1925, el hombre no regresó. Había fallecido de un infarto. Pese a ello, el animal siguió esperándole en la estación durante nueve años.
Actualmente, una estatua en la estación de Shibuya recuerda a este cariñoso animal. También se hizo una película, aunque se trasladó la acción a Estados Unidos, y Richard Gere interpretó al propietario del can.
El clan de los doberman (1972)
Una olvidada y simpática serie B que tuvo bastante éxito en los cines de barrio españoles allá por finales de la década de los años 70. El filme trata sobre un grupo de dobermans adiestrados para robar un banco. Su éxito hizo que tuviera dos continuaciones, The daring dobermans (inédita en nuestro país) y Los increíbles dobermans. Esta última hasta tenía a Fred Astaire en el reparto.
Si ha habido un escritor cuyo nombre se identifica con perros, ese es Jack London. Varias de sus novelas (La llamada de las tierras vírgenes, Colmillo blanco…) están protagonizadas por estos animales. Prácticamente todas han sido llevadas al cine, aunque mi adaptación favorita es La selva blanca, una versión de Colmillo blanco rodada en España en 1972, y protagonizada (por el lado humano) por Charlton Heston.
El inolvidable bulldog parlanchín de Hombres de negro. Ataviado con un esmoquin, será el inseparable compañero de correrías de Will Smith y Tommy Lee Jones, a quienes no dejará de importunar con sus mordaces comentarios.
El primer perro racista de la historia del cine. Perro blanco es una magnífica y casi desconocida cinta de Sam Fuller. El perro en cuestión está adiestrado por racistas blancos para atacar a la gente de raza negra. Es inolvidable la escena en la que el bicho está a punto de despedazar a un bebé negro en una inglesia, secuencia arropada por una inquietante banda sonora de Ennio Morricone. Su dueña accidental pone al animal en manos de un entrenador (negro) para que trate de curarle de sus instintos racistas, pero el bicho acaba tan desquiciado que al final termina atacando a todo quisqui, blanco o negro. Afortunadamente, unos oportunos balazos le harán morder el polvo.
Si Clark Gable y Vivien Leigh hubieran sido perros se habrían parecido a la inolvidable pareja protagonista de La dama y el vagabundo, una de las mejores películas de Walt Disney.
Él es un chucho callejero, listo, seductor y avispado. Ella, una perra con pedigrí. En principio todo les separa, pero acabarán viviendo una deliciosa aventura culminada por ese maravilloso instante romántico en el que comparten un plato de espaguettis con albóngigas.
También es inolvidable la escena de la perrera, donde los arquetipos del cine carcelario se transforman en perros de diverso pelaje.