El deseo de tener más belleza o parecer más joven empuja a muchas personas a pasar por el quirófano. La fotógrafa coreana Ji Yeo ha retratado a varias mujeres convalecientes tras haberse sometido a una operación de cirugía estética. Su cámara ha captado sus rostros hinchados, amoratados y aún llenos de cicatrices. Es la cara menos glamurosa de la cirugía de la belleza
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