Shibari: la cara más artística del Bondage

Como si se tratase de la tuna en una tarde de ronda, los machos de murciélago colicorto chico pueden emitir hasta 100.000 sonidos diferentes en una sola noche para seducir a la hembra. El canto llega por turnos. El ecoetólogo Cory Toth ha observado su comportamiento durante tres años y dice que los más voluminosos economizan así su fuerza con vistas al éxito reproductor.

Un cerebro enamorado raya en la locura y queda incapacitado para controlar al corazón desbocado. Alia Wilhelm, psicóloga del Instituto Kinsey, está explorando esta relación entre el amor y el comportamiento obsesivo compulsivo, y sus primeras conclusiones le permiten asociar el amor apasionado con la locura, el misterio y otros rasgos típicos del trastorno obsesivo compulsivo. Para tal afirmación se basa en que los niveles de serotonina de un individuo cuando es presa del amor son similares a los de un paciente con este problema. Igual ocurre con el mal de amor. Los síntomas son muy parecidos: alteración del estado de ánimo, del sueño y del apetito. Afortunadamente, como indica Wilhelm, este estado de confusión es pasajero.