A las 12 de la noche del pasado 1 de diciembre, justo cuando iba a empezar el día 2, los ordenadores de centenares de seguidores de Star Trek se preparaban para una puja histórica. Un total de 400 lotes del reboot del Star Trek que se rodó en 2009 y de su secuela, Star Trek: Into Darkness iban a ser subastados por Prop Store, una empresa especializada en este tipo de transacciones. Bastaron pocos minutos para que se saldaran todas las piezas con precios entre los 4.300 y los 33.355 dólares. En total, un millón de dólares que los trekkies o trekkers, como se llaman los seguidores de esta ficción, se gastaron para poseer una de las míticas piezas. La película dirigida por J. J. Abrams consiguió en su día un éxito de taquilla que se tradujo en 385 millones de dólares además de un Oscar al Mejor Maquillaje, mientras que su secuela superó la expectativas y recaudó 467 millones.
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