La autoestima de los niños mejora cambiando su postura corporal

Los especialistas hablan de las «posturas de poder» y están muy estudiadas en adultos. Ahora, un minucioso estudio ha trabajado con niños de cinco años y ha observado cómo determinadas posturas corporales aumentan su autoestima, les hacen sentirse más seguros, tal y como ocurre en los adultos

Al pedir a niños de cinco años que adopten posturas corporales de poder,  se sentían más confiados en el colegio

Es una de esas cuestiones en psicología de tan difícil respuesta como la de qué fue antes, el huevo o la gallina. Es decir: ¿la postura corporal que tengas en la vida te hace sentir seguro de ti mismo? o ¿las personas seguras de sí mismas caminan, se sientan y se mueven con una postura corporal característica? La respuesta es que, entre los expertos, los hay partidarios del huevo y otros de la gallina.

La función de la postura corporal ha sido ampliamente estudiada en adultos, y ahora, un interesante estudio ha mostrado cómo al pedir a niños de cinco años que adopten posturas corporales de poder,  les hace sentirse más confiados, especialmente en el colegio.

Estos son los hallazgos de un nuevo estudio realizado por psicólogos de la Universidad Otto Friedrich de Bamberg y la Universidad Martin Luther de Halle-Wittenberg. El estudio fue publicado recientemente en la revista «School Psychology International» y proporciona evidencia inicial de que las posturas pueden ayudar a los estudiantes a sentirse mejor en la escuela.

El lenguaje corporal no sólo expresa sentimientos

Algunas poses corporales no necesitan más explicaciones: Cuando una persona se sienta con los brazos cruzados detrás de la cabeza, descansando los pies casualmente sobre una mesa, se siente  muy segura de sí misma.

Los brazos cruzados delante del cuerpo y la espalda encorvada, por otro lado, suelen indicar inseguridad. «El lenguaje corporal no sólo consiste en expresar sentimientos, sino que también puede se un reflejo de cómo se siente una persona», explica Robert Körner del Instituto de Psicología de la Universidad de Bamberg y la MLU.

Pero, hasta qué punto una determinada postura corporal puede influir en los sentimientos y la autoestima de una persona?

Las posturas de poder (Power posing) es la expresión no verbal del poder. Implica hacer gestos muy atrevidos y cambios en la postura corporal», dice Körner. Hasta ahora, la mayor parte de la investigación ha girado en torno al estudio de los efectos en los adultos. El estudio de Körner y sus colegas es el primero en examinar a los niños. «Los niños a partir de los cinco años son capaces de reconocer e interpretar la postura corporal de los demás», añade el psicólogo.

Sentarse de un modo firme y no apoyarse sobre los brazos ni manos y la cabeza hacia arriba

La postura abierta conduce a un mejor estado de ánimo

Los investigadores llevaron a cabo su experimento con 108 alumnos de cuarto grado. Un grupo debía asumir dos posturas abiertas y expansivas durante un minuto cada una: brazos arriba, o abiertos, entre otras. Sentarse de un modo firme y no apoyarse sobre los brazos ni manos y la cabeza hacia arriba. El otro grupo posó con los brazos cruzados y la cabeza hacia abajo. Luego los niños completaron una serie de pruebas psicológicas. Los niños que previamente habían asumido una postura abierta indicaron un mejor estado de ánimo y reportaron una mayor autoestima que los niños del otro grupo.

Los efectos fueron particularmente sorprendentes cuando se trató de preguntas relacionadas con la escuela. «Aquí, la postura de poder tuvo el efecto más fuerte en la autoestima de los niños», concluye Körner. «Los maestros podrían intentar y ver si este método ayuda a sus estudiantes». Sin embargo, Körner afirma que los efectos observados fueron sólo a corto plazo.

El nuevo estudio es coherente con los resultados anteriores sobre las posturas de poder; sin embargo, el concepto es controvertido en el campo de la investigación psicológica. Algunos de los hallazgos, que indicaban efectos sobre las hormonas o el comportamiento, por ejemplo, no pudieron ser reproducidos. Sin embargo, lo mismo ocurre con otros estudios de psicología y otras disciplinas científicas.