Según un nuevo estudio, hacerse los difíciles en el juego del cortejo nos hace más atractivos y aumenta las posibilidades de ambos sexos de conseguir pareja
Hay diferentes tácticas para atraer a alguien sexualmente. Hay quienes muestran todas sus cartas desde el principio, y luego están quienes prefieren hacerse los difíciles y disimular su interés. Pero ¿cuál nos garantiza un mayor éxito?
En varios estudios se ha podido comprobar que cuando existe una «reciprocidad en la atracción», es decir, cuando tenemos la certeza de que somos correspondidos, nuestro interés por esa persona aumenta. Pero un nuevo estudio de la Universidad de Rochester en Nueva York y la Universidad privada de Herzliya (Israel) han comprueban que esta no siempre es la mejor estrategia.
Según los investigadores, las personas que muestran muy rápidamente sus intenciones pueden ser vistas como muy fáciles o desesperadas, y menos atractivas o valiosas. Según este estudio, «hacerse el difícil» aumenta las posibilidades de éxito. Mostrar menos interés hace que la persona parezca más solicitada y que se perciba como con un «mayor valor como futura pareja».
No funciona para todo el mundo ni en todas las ocasiones, a veces, parecer arrogante o desinteresado puede ser contraproducente
Durante el experimento cada uno de los participantes tenía que enviar mensajes con el móvil a alguien que creían que era otro participante del estudio. En realidad, estaban hablando con miembros del equipo de investigación. Después de estas interacciones, los participantes calificaban a la persona como difícil o fácil de conseguir, y declaraban su nivel de atracción hacia ella.
Para el estudio los investigadores consideraron que una persona calificada como difícil es aquella que ofrece pocos datos personales sobre sí misma. Los resultados indican que los investigadores de incógnito que dieron menos información sobre sí mismos, es decir, los que se «hicieron los difíciles», fueron percibidos como más deseables como futura pareja.
En estos casos, los participantes tuvieron esforzarse más en conocer a la persona, y produjo un aumento del deseo sexual hacia ella. En cambio, quienes ofrecían más información fueron menos valorados.
Hacerse el duro funciona siempre que la otra persona vea que tiene posibilidades de éxito
Sin embargo, hacerse el duro puede ser contraproducente. Gurit Birnbaum, coautor del estudio, aconseja una estrategia intermedia para aumentar las posibilidades de éxito: mostrar interés en un primer momento para no ahuyentar a la persona desde el principio pero, a la vez, no desvelar demasiado sobre uno mismo. «Las personas son menos propensas a desear lo que ya tienen», indica Birnbaum. Ir estableciendo una conexión aumenta de forma gradual, «crea un deseo de aprender más sobre la otra persona».
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