El Tapiz de Bayeux ha sido digitalizado y puede verse online. Para los buscaderos de lo anecdótico, es posible encontrar 93 penes en esta obra de arte medieval.
El Tapiz de Bayeux es una tela de unos 70 metros de largo que fue bordada en el siglo XI, y cuyas imágenes representan la conquista de Inglaterra por los normandos. Un episodio histórico que culminó con la batalla de Hastings. La belleza de esta obra es inmensa. Pero son tantos su detalles, que hay algo que puede pasar desapercibido a los ojos del espectador. Y es que está llena de penes.
En estos momentos, no es posible visitarlo, pero está disponible en la página web del museo: www.bayeuxmuseum.com.
Así, es posible repesarlo al detalle, para los que busquen la anécdota: encontrar los 93 penes que un historiador se encargó de contar.
El Tapiz de Bayeux tiene 70 metros de largo, 626 personas, 190 caballos, 35 perros, 41 embarcaciones, 37 fortalezas… Muestra costumbres medievales, la arquitectura militar y civil, el arte de la navegación o la agricultura de la sociedad normanda e inglesa de la Edad Media.
Lleva siglos siendo sometido a diferentes estudios e interpretaciones, pero hace muy poco se ha descubierto que el tapiz, además, aglutina un total de 93 miembros fálicos, 88 de caballos y 5 de seres humanos.
Se desconoce quién lo encargo, aunque pudo ser la Reina Matilda o el Arzobispo Odo. Muchos de los investigadores, a juzgar por la obsesión genital del tapiz, señalan que tuvo que ser obra del Arzobispo.
Como ejemplo, el caballo de Guillermo El Conquistador, que luce los mayores atributos de la tela. Aunque el caballo del enemigo, el del rey anglosajón Haroldo II también era representado con potentes atributos.
No se puede decir que los penes están ocultos, ya que realmente están bien a la vista, y ya se sabía de su existencia. Pero el profesor de historia medieval de la Universidad de Oxford George Garnett, se tómo la molestia de contarlos. Y el resultado es que el tapiz contiene 93.
Cinco de esos falos están asociados a figuras humanas, entre ellas la de un soldado muerto en el campo de batalla, y el resto son penes de caballos. Pero, ¿por qué alguien se tomó la molestia de dibujar tantos falos? La respuesta no está del todo clara, y se barajan varias teorías, entre ellas que dichos penes podrían simbolizar la fuerza y la potencia de los invasores normandos.
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