Los genes relacionados con la creatividad sobresalen en nuestra especie comparados con los de los neandertales. Un nueva investigación encuentra que esos genes fueron la clave de la supervivencia de Homo sapiens.
Fotos superior: pinturas rupestres encontradas en la cueva de Chhattisgarh en la India. Muestran escenas de hace más de 10.000 años.
Un conjunto de 267 genes relacionados con la creatividad supusieron el arma secreta para que los Homo sapiens, nuestra especie, sobreviviera.
Los genes relacionados con la creatividad son diferentes en humanos, Homo Neanderthalensis (Neandertal) y chimpancé. Al menos uno de esos genes se encuentran solo en humanos modernos.
Una nueva investigación publicada en Nature apunta a que estos genes supusieron el éxito de nuestra especie, y la razón por la que nos quedamos solos tras la extinción de los neandertales.
Este importante hallazgo, que hoy publica la prestigiosa revista Molecular Psychiatry (Nature), apunta que estos genes jugaron un papel fundamental en la evolución de la creatividad, la autoconciencia y la cooperación, dando a nuestra especie ventaja frente a los homínidos hoy extintos, al proporcionales una mayor resistencia al envejecimiento, las lesiones y las enfermedades.
La investigación ha sido liderada por la Universidad de Granada (UGR)
Según los investigadores, la creatividad permitió una mayor adaptación al medio que a otros homínidos hoy extintos.
El artículo publicado en Nature explica que una de las preguntas fundamentales sobre la naturaleza humana es qué provocó el surgimiento explosivo de la creatividad, algo que ocurrió antes de su dispersión generalizada de África y la posterior extinción de los neandertales.
¿En qué momento se asentaron las bases genéticas que han permitido a nuestra especie el arte, la ciencia, el relato, las matemáticas? ¿Qué distingue a los humanos modernos de comportamiento de otros homínidos?
Nuestra especie tiene algo que la distingue de cualquier otra, su capacidad de innovación, flexibilidad, profundidad de planificación, simbolismo y la autoconciencia que permiten la generación espontánea de arte narrativo y lenguaje.
Los sapiens anatómicamente modernos surgieron en África oriental entre 200 y 160 mil años atrás, después de un período de hace 320 a 200 mil años, marcado por fluctuaciones climáticas impredecibles que se superpusieron a un patrón a largo plazo de aridez progresiva.
Bajo estas desafiantes condiciones ecológicas, los precursores de los sapiens conductualmente modernos comenzaron a mantener grupos sociales más grandes y alianzas sociales recíprocas con no parientes (por ejemplo, redes comerciales remotas), expresarse simbólicamente (por ejemplo, arte, ornamentación), recolectar recursos remotos (por ejemplo, pigmentos, obsidiana y otras piedras especiales) para su uso posterior, utilizaron de manera flexible opciones dietéticas ampliadas (por ejemplo, pesca y recolección de mariscos) en tiempos de disponibilidad de recursos impredecible, y comenzaron a acumular conocimientos culturales y tecnologías estandarizadas que mejoraron su adaptabilidad y bienestar.
Las prácticas innovadoras de los sapiens están mejor documentadas después de hace 50.000 años, cuando florecieron hasta una etapa en la que la imaginación creativa de los humanos completamente modernos se mostró inequívocamente con el arte figurativo narrativo y el lenguaje.
Los 267 genes identificados como exclusivos del Homo Sapiens por estos científicos forman parte de un grupo más grande de 972 relacionados con la personalidad en adultos sanos, descubiertos también por los mismos autores.
En trabajos anteriores, demostraron que esos 972 genes están organizados en 3 redes casi disjuntas de características de la personalidad y que integran el aprendizaje y la memoria.
Mediante el uso de marcadores genéticos, datos de expresión génica y de imágenes de resonancia magnética del cerebro integradas en base a técnicas de Inteligencia Artificial, los científicos pudieron identificar las regiones en las que esos genes y los genes con los que interaccionaban estaban sobreexpresados.
Estas regiones están involucradas en la autoconciencia y la creatividad humanas, incluidas aquellas regiones fuertemente asociadas con el bienestar humano y de reciente aparición filogenética.
Además, “estos genes confirieron al Homo Sapiens una mayor aptitud física que a los homínidos hoy extintos, al proporcionales una mayor resistencia al envejecimiento, las lesiones y las enfermedades”, apuntan los autores.
Con ayuda de datos genéticos, los investigadores pudieron estimar a partir de estos genes que la adaptabilidad y el bienestar de los Neandertales eran aproximadamente del 60 al 70% de los Sapiens, lo que significa que la diferencia de aptitud física entre ellos era grande.
En los cinco estudios publicados por estos investigadores en la misma revista de Nature se ha determinado y contrastado con múltiples fuentes de datos que el comportamiento humano no está solamente fijado ni determinado por nuestros genes, sino también por múltiples interacciones con el entorno. “Podemos aprender y adaptarnos según nuestra experiencia, incluso hasta el punto de modificar la expresión de nuestros genes. La creatividad humana, la prosocialidad y la longevidad saludable surgieron como respuesta a la necesidad de adaptarse a las duras y diversas condiciones que había entre hace 400.000 y 100.000 años”, destacan los científicos de la UGR.
Referencia bibliográfica:
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https://quo.eldiario.es/ser-humano/q2104212663/sapiens-neandertales-origen-especie-zlaty-kun/
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