La subida de impuestos a los ricos, el boom del poliamor, la apuesta por la biotecnología, y la legalización de la marihuana perfilan una nueva ciudad que renace tras la pandemia: el Nueva York del futuro.
Rafa Mingorance, autor del canal de YouTube Diario Vivo Nueva York, cuenta en este vídeo el futuro que los analistas ven en La Gran Manzana.
Texto de Rafa Mingorance:
Nueva York se convirtió en una ciudad fantasma durante meses por culpa de la pandemia. Se disparó el número de muertos y el futuro de la ciudad dibujaba un horizonte confuso. De pronto, se alzaron voces que predicaban el final de La Gran Manzana. Uno de los debates más interesantes lo generó el artículo “Nueva York ha muerto para siempre… Aquí está el por qué”. Lo escribió el emprendedor James Altucher. Hoy ese escenario apocalíptico ha quedado atrás y se abre un futuro que recuerda a la crisis financiera de 2008.
La subida de impuestos a los ricos hace presagiar que abandonen la Gran Manzana y el mundo neoyorquino entre en caos
El primer escenario para el futuro de Nueva York es distópico. La reciente subida de impuestos a las personas más ricas de la ciudad ha sentado muy mal en el partido republicano. Y no se han hecho esperar las amenazas de abandono de la ciudad de las grandes fortunas. Con su huida, lanzan el mensaje del terror, y auguran que todo volverá a convertirse en la Gran Manzana de los años 70 con edificios destruidos, parques donde se trafica con droga y vagones de metro llenos de delincuentes El diario conservador Wall Street Journal calificó la medida de ‘locura’. Si hacen pagar más a lo que más tienen, acabarán marchando a otros estados, como Florida o Connecticut, donde hay menos imposición fiscal. Conviene recordar que los neoyorquinos que ganan más de un millón de dólares al año representan el 40% del dinero total que ingresa el Estado. Así que no hace falta decir que no solo la Gran Manzana, parece que el mundo está en sus manos. Y si una ciudad amenaza con tocarles, avisan de la amenaza de lo que algunos economistas llaman ‘la espiral de la muerte’.
Piden que Nueva York se convierta en la ciudad de la inclusión social
Otro escenario es el que sueña la izquierda más utópica. Ya han conseguido legalizar la marihuana y prohibir que Amazon tenga una sede en Queens. Creen que la pandemia ha abierto los ojos a muchos neoyorquinos. Durante meses, las colas para comprar comida daban la vuelta a la manzana y el sistema sanitario quedó colapsado. Quieren que se anulen los alquileres impagados y que se construyan viviendas seguras y de precio asequible para todos. Desean que Nueva York se convierta en la capital de la inclusión. Solo con que el 10% de las oficinas vacías se transformen en viviendas asequibles, se podrían crear nuevos barrios vibrantes y con energía, aseguran.
La ciudad podría tener su primer gran casino, muy al estilo de Las Vegas
Un tercer escenario consiste en ver a Nueva York como una ciudad donde la fiesta y la diversión están por todas partes. Muchos sienten nostalgia de locales tan míticos como Studio 54, donde eran clientes habituales famosos como Andy Warhol, Liza Minelli, David Bowie y Calvin Klein. Detrás de ese sueño, hay empresarios dispuestos a convertir tiendas y oficinas vacías en clubes de baile. El poliamor es una tendencia en alza y el alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, intenta legalizar la prostitución. Además, la ciudad podría tener su primer gran casino, muy al estilo de Las Vegas. Antes de la pandemia, la industria del ocio nocturno generaba 28.800 millones de euros y daba trabajo a 300.000 personas.
El cuarto escenario es más tecnológico. No todas las empresas se marcharon de Nueva York durante la pandemia. Tecnológicas como Apple, Google, Amazon y Facebook aprovecharon para ampliar su presencia en la ciudad. El futuro digital se ha acelerado con el desarrollo masivo de la tecnología 5G. El transporte también está viviendo una revolución. Cada vez hay más motos y coches eléctricos que se comparten gracias a aplicaciones de telefonía móvil. Numerosos inversores y el Ayuntamiento quieren convertir a Nueva York en la ciudad con más empresas biotecnológicas del mundo.
Otra especulación es que Nueva York sea más o menos como en 2019. Muy lejos de lo que pensaba James Altucher, el mercado inmobiliario se está recuperando poco a poco. Los bares, restaurantes y estadios deportivos se vuelven a llenar antes de lo previsto y aquel miedo al éxodo masivo ha quedado en poca cosa.
En 202 se marcharon de la ciudad casi 3,6 millones de personas. De esa cantidad, tan solo 70.000 han decidido que no regresarán a Nueva York. El resto sí lo ha hecho. Manhattan sigue siendo la capital mundial de la industria de los medios de comunicación y sus universidades tienen prestigio en todo el mundo. Es cierto que muchos pequeños comercios y restaurantes han cerrado, pero se están adaptando a la realidad con nuevos modelos de negocio. El coworking nació tras la crisis financiera de 2008 y hoy se practica en medio mundo.
Así que parece que no. Nueva York no ha muerto para siempre. Si algo caracteriza a los neoyorquinos es su capacidad para resistir todo tipo de adversidades. Como diría la ensayista y escritora Fran Lebowitz: “Nueva York nunca fue particularmente bonita. No era París, ni Florencia. Pero al menos era una ciudad original”. Lo seguirá siendo en los próximos años, y si al final no sucede, siempre nos quedará una canción de Frank Sinatra. Y eso ya es mucho.
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