Hubo quien sospechó de un ataque de la URSS, y quien no dudó de que se trataba de una invasión alienígena. El 9 de noviembre de 1965 Nueva York se sumió en la más absoluta oscuridad
Rafa Mingorance, autor del canal de YouTube Diario Vivo Nueva York, explica en este vídeo las razones del Gran Apagón de Nueva York, que dejó toda la ciudad sin luz durante 14 interminables horas.
Texto de Rafa Mingorance:
Todavía hoy, en Nueva York, se recuerda el gran apagón que sucedió el 9 de noviembre de 1965. Eran las 5 y cuarto de la tarde cuando comenzó a anochecer y algo extraño estaba a punto de ocurrir. Tal como describió el New York Times, las farolas empezaron a parpadear de forma salvaje. Más tarde, todas las luces de la ciudad iniciaron ese mismo parpadeo que duró alrededor de un minuto. Estas señales presagiaban algo inédito. De pronto, la Gran Manzana quedó completamente a oscuras. Nunca había sucedido algo así en la historia de Nueva York. ¿Se trataba de un ataque secreto de la Unión Soviética? ¿Los ovnis habían planeado invadir la ciudad?
Días después del gran apagón, los periódicos de la época contaron la historia de un niño de 11 años que, en New Hampshire, golpeó con un palo un poste de la luz justo cuando quedó todo a oscuras.
Un pianista terminó, sin alterarse, la pieza de Chopin que estaba tocando en el Carnagie Hall. Fue después cuando se dio cuenta de que la sala de conciertos había quedado a oscuras
El niño salió corriendo asustado y pensando que había provocado un desastre enorme. Los diarios también explicaron el episodio del pianista que terminó, sin alterarse, la pieza de Chopin que estaba tocando en el Carnagie Hall. Fue después cuando se dio cuenta de que la sala de conciertos había quedado a oscuras. Se podría pensar que son tan solo un par de anécdotas curiosas. Pero imaginemos el caso del piloto de la compañía Scandinavian Airways que vio en el horizonte las luces del aeropuerto internacional Kennedy, bajó la mirada unos instantes para ver los controles y al levantar los ojos solo había oscuridad. El piloto no salía de su asombro al comprobar que el aeropuerto había desaparecido.
Por culpa del gran apagón, 500 vuelos tuvieron que ser desplazados y lo más asombroso es que no se produjo ni un solo accidente. Dicen que esto fue posible porque, aquella noche, el cielo estaba despejado y había luna llena.
Solo en Manhattan, más de 800.000 personas quedaron atrapadas en el metro y otras tantas en los ascensores de los rascacielos
Nueva York no fue la única ciudad que se quedó a oscuras. Parte de otros nueve estados y tres provincias de Canadá también sufrieron los efectos de la avería. En total, el llamado ‘gran apagón’ afectó a 30 millones de personas. Solo en Manhattan, más de 800.000 personas quedaron atrapadas en el metro y otras tantas en los ascensores de los rascacielos. Como los semáforos dejaron de funcionar, muchas personas, de forma espontánea, ayudaron a la policía a dirigir el tráfico. En los hospitales, los médicos operaban a sus pacientes alumbrando sus quirófanos con velas y linternas. Miles de personas quedaron atrapadas en la ciudad sin posibilidad de volver a casa.
Como en la calle hacía mucho frío, unos se refugiaron en el interior de las estaciones del metro y del tren; otros pasaron la noche en los vestíbulos de los hoteles y de los grandes almacenes. En Macy ’s, por ejemplo, dieron de comer a más de 5.000 personas y luego permitieron que pudieran dormir en las camas que tenían a la venta.
Existía un miedo real de que el gran apagón formara parte de un inminente ataque nuclear soviético. En 1965, Estados Unidos y la Unión Soviética vivían una relación política muy tensa por culpa de Vietnam. Ese año, el presidente americano Lyndon B. Johnson había enviado 22.000 soldados al país asiático para luchar contra el régimen comunista de Ho Chi Minh, que contaba con el apoyo de los rusos.
Decían haber visto, aquella noche, grandes bolas de fuego sobrevolando la ciudad durante toda la noche. Aseguraban que el gobierno tenía informes sobre la presencia de extraterrestres en Nueva York
A falta de televisión y con las redacciones de los periódicos sin luz, la radio jugó un papel esencial en la gestión de la crisis. El gobierno pudo explicar que el país no estaba sufriendo ningún ataque y se comprometió a explicar a la ciudadanía el origen del incidente. ¿Se trataba quizá de una invasión de los ovnis? Los aficionados al tema crearon grandes teorías, algunas muy bien elaboradas. Decían haber visto, aquella noche, grandes bolas de fuego sobrevolando la ciudad durante toda la noche. Aseguraban que el gobierno tenía informes sobre la presencia de extraterrestres en Nueva York.
A las 7 de la mañana del día siguiente, la ciudad recuperó su ritmo normal poco a poco. Tuvieron que pasar 14 horas para restablecer por completo el suministro eléctrico. Pero para los ciudadanos la pregunta estaba en el aire. ¿Por qué había sucedido algo así? Seguía sin haber una explicación oficial por parte de las autoridades.
Días después, los neoyorquinos por fin supieron el motivo del gran apagón. Y no, el responsable no fue el niño de New Hampshire que golpeó con un palo el poste de la luz. Al final resultó que la avería de un interruptor eléctrico, que estaba en Canadá, provocó que cayera toda la red eléctrica de la parte noroeste de Estados Unidos.
Aunque parezca increíble, gracias al suceso del 9 de noviembre, los neoyorquinos escucharon por primera vez el concepto de ‘red eléctrica’. Y no solo eso. En agosto de 1966, la revista Time puso en portada que gracias al gran apagón, la natalidad había aumentado en Nueva York. Para argumentarlo, la revista aseguraba que en hospitales como El Monte Sinaí habían batido récord de nacimientos 9 meses después del apagón. Esa creencia perduró hasta 1970, cuando un profesor de la Universidad de Carolina del Norte lo desmintió con estadísticas de nacimientos muy convincentes.
Sea como fuere, este acontecimiento todavía perdura en la memoria de muchos neoyorquinos y no porque sea el único que haya ocurrido. En julio de 1977 se produjo otro gran apagón con saqueos, vandalismo y numerosos incendios provocados. Pero a diferencia de este último, durante el de 1965 la ciudadanía se comportó con mucho civismo. La tasa de criminalidad incluso descendió.
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