La idea partió de la mercadotecnia, pero en 2002 comenzó a usarla el FBI con el pretexto del terrorismo. El Departamento de Justicia del país está invirtiendo en el proyecto unos 70 millones de dólares; se trata de almacenar datos sobre lo que cada ciudadano hace con sus tarjetas de crédito, a qué hora, con qué fines, etc. Lo cual, debidamente mezclado con el número de la Seguridad Social (su DNI) y cruzado mediante software analítico, va a convertir al Gobierno en el “gran hermano”.
El ochenta por ciento de la información de una compañía está almacenada en forma de documentos. Analizando los resultados y comportamientos de los empleados, las grandes empresas pueden reducir la rotación y aprovechar mejor sus capacidades.
El phishing en las tarjetas de crédito, uso de móviles o cobro de impuestos suele seguir unos patrones anómalos, como traspasos de determinadas cantidades y operaciones poco habituales. Cuando este guión se repite, en los ordenadores de las compañías financieras saltan las alarmas antirrobo.
Los juegos de azar son, por definición, impredecibles. Pero en deportes menos aleatorios (carreras de caballos, quinielas, ajedrez…), los apostadores profesionales pueden analizar los datos del pasado para intentar predecir los resultados.
Las grandes superficies comerciales analizan permanentemente qué es lo que ocurre en sus pasillos y qué sale por sus cajas de cobro. Los productos en un supermercado están colocados estratégicamente para aumentar las ventas, agrupando productos relacionados y colocando las ofertas a la altura de los ojos.
Los terroristas se camuflan como ciudadanos corrientes para pasar inadvertidos antes de atacar. Rastreando comportamientos poco comunes, tanto en las compras como en las cuentas bancarias o el uso del teléfono, la Policía puede encontrar pistas que le permitan detenerlos.
La nueva moda en publicidad en la web se llama behavioral marketing, ya que se analizan las páginas que ha visitado el usuario antes y después de entrar en un sitio, para ofrecerle publicidad personalizada.
La presencia de algunos genes favorece la aparición de enfermedades, pero hay otros muchos factores a tener en cuenta para predecir si se desarrollará la enfermedad. La extrapolación de datos puede ayudar con esas predicciones.
Redacción QUO
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