La apuesta de Citroën para el futuro de la movilidad en las ciudades es Ami, un diminuto vehículo eléctrico que se conduce sin carné y se podrá comprar por una cuota mensual, o alquilar por minutos
Las ventas de coches con motor de combustión están cayendo desde 2017 en todo el mundo, sin embargo, los coches eléctricos son la excepción, y sus ventas se han duplicado en el mismo periodo. Según datos de la ONU, en 2050 el 65% de la humanidad vivirá en ciudades, donde hay un mayor acceso a oportunidades de desarrollo económico y personal. La tendencia se está acentuando en las nuevas generaciones, Eso supone ciudades más grandes, menos sitio para aparcar, y más desplazamientos.
Además hay un cambio generacional. Según los estudios, los menores de 30 años tienen intención de comprar coches en el futuro, pero tanto el coste como la protección del medio ambiente son factores que influyen en su decisión. El precio de compra de un coche eléctrico es mayor que el equivalente de gasolina o gasóleo, pero según un informe del Consejo Internacional sobre el Transporte Limpio, el coste total en cuatro años de un coche eléctrico. Aquí es donde hace su aparición Ami.
El vehículo de Citroën (no es un coche, como los responsables de la compañía han recordado durante su presentación) es de dimensiones reducidas, 2,41 metros de largo, la mitad que un coche medio. Sin embargo aloja cómodamente a dos pasajeros y una maleta de cabina. Se puede conducir sin carné, lo que según la legislación de cada país lo pondrá al alcance de los mayores de 14 o 16 años. Por este motivo su velocidad máxima está limitada a 50 km/h, y su batería tiene una autonomía de 70 km.
El precio del Citroën Ami será de 6.900 €, y en Francia, donde primero se lanza este vehículo, contará con una subvención de 900 €. En este país se está ofreciendo una financiación que permite disponer de él por 19,99€ al mes, en el rango del coste mensual de un contrato de teléfono móvil. La compra se realizará totalmente online a través de su página web, y también se podrá comprar en cadenas de tiendas como la Fnac. Asimismo, estará disponible a través de la plataforma de car sharing Free2Move por 0,26 € el minuto.
Para reducir al máximo los costes y minimizar el impacto de su fabricación, Ami es bastante espartano en su interior. No tiene ordenador de abordo ni equipo de música, solo un cuatro muy simple y una conexión para el móvil, que se convierte en el centro de entretenimiento. Se fabrica en un solo color gris azulado, pero se puede personalizar con distintos kits de adhesivos para el exterior y paneles intercambiables en el interior que el propietario puede aplicar por sí mismo y cambiar cuando lo desee. Muchas de las piezas son simétricas, para reducir los costes de fabricación. Lo más sorprendente es que para cargarlo no es necesaria una toma de corriente especial, se puede conectar a cualquier enchufe de casa.
En palabras de Laurence Hansen, su directora de producto y estrategia «Hemos escuchado a nuestros clientes y estamos proponiendo soluciones para responder a las restricciones actuales en el entorno. En las ciudades cada vez hay más restricciones de espacio, de dinero y ambientales, esta es nuestra respuesta».
No es la primera vez que Citroën sorprende con sus vehículos. En 1948 el 2CV (el famoso dos caballos) se convirtió en un éxito gracias a su ligereza, versatilidad y techo de tela descapotable. El objetivo de la marca es que todos sus modelos sean eléctricos en 2050.
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